Cuando los agentes de la Policía Nacional de Elche acudieron hace unos días a un domicilio de la ciudad con el fin de atender una llamada por un caso de violencia machista, lo último que esperaban era encontrar, además de a la pareja, a un tercer invitado que acabó hiriendo, por sorpresa, a uno de los policías: un perro de presa. De hecho, un agente tuvo que ser atendido por el ataque del can, después de que fuera a detener a su dueño, que quebrantó, tal y como se comprobó posteriormente, una orden de alejamiento que pesaba sobre su pareja.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del miércoles al jueves de la semana pasada, cuando la patrulla recibió el aviso de la Sala Operativa del 091 para que se dirigiera a un domicilio desde el cual se escuchaba una fuerte discusión de pareja y el varón amenazaba de muerte a la mujer, según manifestaron ayer desde la Comisaría de la Policía Nacional de Elche. El operativo que se personó en el domicilio estaba muy cerca, por lo que llegó al lugar en apenas unos minutos desde que se dio el aviso.

Cuando llegaron a la vivienda, escucharon los gritos desde el interior, y al llamar a timbre fueron recibidos por el detenido. Cuando le solicitaron la documentación, éste se negó a facilitarla y empezó a lanzar gritos a los agentes. Estos gritos fueron los que hicieron que el perro se abalanzara a la carrera contra el policía que intentaba identificar al detenido, proporcionándola una mordedura en el muslo de una pierna, que llegó a traspasar el pantalón del uniforme y lesionó al agente.

Pese a la agresión, desde la Policía Nacional manifestaron ayer que el policía no tuvo lesiones graves, y se quedó en una anécdota. Una vez se pudo contener al perro, un American Staffordshire Terrier, y también a otro Share Pear, ambos catalogados como de raza potencialmente peligrosa y que estaban en la vivienda, los agentes comprobaron que carecían de cartilla sanitaria y de chip identificativo.

Antes, se detuvo al hombre, de unos 50 años, por quebrantar la orden de alejamiento sobre su pareja, decretada por el Juzgado de Violencia de Género de Elche. El detenido pasó a disposición judicial por un nuevo delito de violencia de género. Y pese a la situación de los canes y a que el agente fue herido, desde la Policía Nacional apuntaron que no se presentarán cargos contra el dueño por la agresión del perro, ya que el can actuó por instinto y no instigado por el detenido. Así, no puede considerarse que hubo una acción delictiva, según explicaron ayer fuentes policiales.

Por tanto, los agentes consideraron que ambos animales podían quedarse bajo la custodia de la víctima de la agresión machista y dueña también de ambos canes. Eso sí, tendrá que regularizar la tenencia de ambos canes, instalarles el chip identificativo correspondiente y dotarlos de la cartilla sanitaria que exige la ley.

Denuncias

Las denuncias por la tenencia de perros peligrosos se han incrementado en los últimos meses en la ciudad. Máxime desde que entró en funcionamiento la nueva unidad de Medio Ambiente de la Policía Local de Elche, que controla, entre otros muchos aspectos, este tipo de quejas vecinales. De hecho, en apenas seis meses de funcionamiento, se han recibido más de 600 denuncias de este tipo. La mayoría parten de vecinos que, preocupados por la presencia de este tipo de mascotas en sus fincas, recurren a las autoridades al no contar con las medidas de seguridad oportunas.

La ordenanza municipal establece que es necesaria una licencia especial que autorice a los dueños de los canes a tener este tipo de animales, si bien en muchos casos se obvia ese trámite, lo que pone en riesgo la seguridad de los usuarios y vecinos que conviven con ellos.