Finalizada la Semana Santa, ¿cuál es su balance de lo vivido durante los últimos días?
Ha ido todo muy bien. Sólo hemos tenido que lamentar la lluvia de la tarde del Domingo de Ramos. Hemos contado con muchos espectadores, hacía años que no veía tanto público. La Trencà del Guió también fue fenomenal y el trenzado de la palma blanca ha sido bonito. Creo que hemos superado con creces lo que se venía haciendo durante los últimos tiempos.
Uno de los aspectos que más controversia ha generado ha sido el de la prohibición de la presencia de los tordos a la Cofradía de la Oración en el Huerto, ¿cómo ha visto este asunto?
Ahí no teníamos ninguna potestad. Es una orden que ha venido de fuera y que ha habido que cumplir. Nos ha dado lástima que después de tantos años no salieran los tordos, pero no hemos podido hacer nada. Personalmente, me hubiera gustado que salieran porque es la tradición. El trono no quedó muy desmerecido. Es bonito y, sin los tordos, sigue siendo grande.
La decisión definitiva se tomó a última hora, ¿se debió actuar de una manera mejor?
Esta cuestión se ha llevado de la mejor forma posible. Desde la cofradía han intentado mantener viva la tradición. Cada uno ha tenido que desempeñar su papel en este asunto. Al Ayuntamiento tampoco le apetecía prohibir los tordos. Era algo que sabíamos que acabaría pasando tarde o temprano y, finalmente, ha llegado en esta Semana Santa.
Elche contará con una nueva cofradía a partir de ahora, de las Jesuitinas, ¿cómo lo valora?
Es importante porque aportará más gente joven, y eso es lo que más nos hace falta en estos momentos. La incorporación de las Jesuitinas es positiva para nosotros. Los jóvenes están volviendo a mostrar interés y las peores épocas se han quedado atrás. Todas nuestras cofradías cuentan ahora con tronos infantiles. En la mía, la del Nazareno, teníamos veinte niños y ahora hemos alcanzo los ochenta. Es una alegría muy grande porque ellos van a atraer a sus padres y hermanos.
¿Hay crisis de costaleros en la Semana Santa ilicitana?
Hay algunas cofradías que van justas. Otras sí que cuentan con relevos, como el caso de La Lanzada. Hay costaleros que tienen que pasar de unas cofradías a otras. Creo que el número va a ir a más por la gran cantidad de personas que he visto este año durante las procesiones. El Domingo de Ramos superamos los 55.000 espectadores y en los encuentros también se ha juntado una gran cantidad de gente.
¿Han conseguido reducir los parones y las esperas?
Hemos estado mejor organizados que otros años. En la noche de Lunes Santo, que es una de las más complicadas, no hubo ningún fallo. El único parón grande que todavía nos queda es el de Martes Santo. Es el que tenemos que eliminar, una asignatura pendiente. Debemos ir reduciendo los minutos año a año porque es el único que se mantiene en estos momentos.
¿Qué mejoras están preparando para los próximos años?
Estamos preparando la documentación para pedir que la procesión de las Aleluyas sea declarada de interés turístico comarcal, para después pedirlo a nivel nacional. También hemos conseguido organizar una exposición dedicada a la palma en la Lonja Medieval. Tenemos que valorar con el Ayuntamiento qué otras mejoras se pueden hacer de cara al año que viene, porque son ellos los que nos tienen que ceder las instalaciones.
¿A quién le agradece el esfuerzo para que todo haya salido bien en los últimos días?
A todos los que nos ayudan. Y a las cofradías, que son lo más importante para nosotros. Los demás sólo estamos para coordinar, ellos son los que asumen la mayor carga de trabajo. Lo hacen con ilusión y en armonía. El ambiente es sano entre unos y otros y siempre se ayudan.
