Ullastre mallorquín, bosque de olmos, enebro de pagodas? Estas variedades de árboles en miniatura, junto a otras, pueden contemplarse hasta las 14 horas de hoy en la XXIV edición de la exposición que organiza el Elx Club Bonsái, y que una vez más acoge la Rotonda del Parque Municipal. Una tendencia que venía creciendo durante las últimas muestras, la de una mayor presencia de especies de origen autóctono, ha acabado confirmándose en la cita de este año, en la que los bonsáis cultivados en Elche le han ganado el terreno a las plantas ornamentales que llegan a territorio ilicitano procedentes de países orientales.

La exposición, que se inauguró el viernes y finalizará hoy, está formada en su presente edición por más de 130 variedades, con unos precios que oscilan entre los 200 y los 1.200 euros. La joya de la corona de la muestra es un tejo ( texus baccata) que cuenta con más de cincuenta años de vida. Fue comprado en Alboraya por el presidente del Elx Club Bonsái, Francisco Agulló, aunque el pequeño árbol ya no pertenece a su colección particular, compuesta por más de 1.600 ejemplares que son cuidados en la partida rural de Daimés.

«En la exposición de este año contamos con mucho bonsái autóctono. Cada vez se cultivan más en Elche y hay menos dependencias de las importaciones de Japón y China, aunque siempre habrá especies que no se podrán conseguir», razona Agulló. La plantación de semillas y otros métodos, como el del esqueje o el acodo, permiten que estas plantas surjan en el Camp d'Elx, donde se dan unas condiciones ambientales óptimas para su desarrollo. «Son muchos los que se han dado cuenta de que, trabajando bien, nuestros pinos pueden llegar a ser tan bonitos como los japoneses», añade el presidente del Elx Club Bonsái, quien lleva décadas alimentando su pasión por estos árboles.

Como el resto de las producciones del campo, los bonsáis tampoco se han escapado de sufrir los efectos de la sequía y las restricciones de agua dificultan su desarrollo. Este contratiempo no frena la afición de sus seguidores, que siguen cargándose de paciencia y derrochando destreza para realizar trabajos manuales con los que obtener resultados tan singulares como los que hasta hoy se podrán disfrutar en el Parque Municipal. Ilicitanos y turistas no dudan en acercarse hasta la Rotonda para comprobar de primera mano una minuciosa labor que lleva detrás una cantidad enorme de dedicación.

Sólo se ha producido un hecho negativo desde la inauguración el viernes de la exposición. Durante la madrugada del sábado, pese a que la muestra está vigilada, fueron robados cuatro bonsáis y una planta, que en total tienen un valor superior a 600 euros. Desde la organización lamentan esta incidencia aunque han decidido no presentar ningún tipo de denuncia.