La Policía Local precintó el miércoles por orden de Aperturas el taller que regenta en Carrús Servimotriz, una cooperativa formada por personas refugiadas, algunas de ellas con discapacidad, y gestionada por la ONG Carrers del Món. Las instalaciones actualmente daban trabajo a siete personas, que se han quedado en la calle. Sin embargo, los problemas no son nuevos. Empezaron hace más de un año cuando, según Héctor López, responsable de la cooperativa y refugiado, la presidenta de la comunidad de vecinos de la finca donde se encuentra el local les pidió que instalaran un extractor de humos. Según López, se pidió una subvención al Ayuntamiento -el taller recibe ayudas de varias instituciones públicas-, pero finalmente no se les dio el permiso para instalarlo, «además de que la persona que nos redacta el proyecto del local nos dice que no es necesario».

Mientras, desde Aperturas, el edil Carlos Sánchez apuntó ayer que, pese a que hace casi dos años que se están emitiendo órdenes de subsanación por parte del Consistorio a raíz de más de una decena de denuncias de vecinos por ruidos, olores y humos, no se han atendido, por lo que, finalmente, no ha habido más remedio que decretar el cierre.

Desde el taller aseguran que se han invertido más de 300.000 euros en su adecuación, aislamiento e informes acústicos, si bien desde el Consistorio apuntaron a que hay informes incompletos. De lo que sí disponían, según los responsables del establecimiento, es de licencia de apertura y de todas las tasas e impuestos en regla. Por tanto, consideran que se trata de una «persecución», ya que, según añadieron, «la primera vez que llamaron dijeron a la Policía que aquí teníamos a inmigrantes ilegales. Y no es así. Todos los trabajadores son personas refugiadas, tenemos convenios con el Servef, con la UMH, institutos y con el propio Ayuntamiento. Lo importante aquí es que no somos solo un negocio, sino que se trata de un proyecto social». Los trabajadores están dispuestos de movilizarse frente al Ayuntamiento, «e incluso de hacer huelga de hambre, pues nos han quitado nuestro único medio de vida», concluye el responsable.