El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Una frase que no va a olvidar el dueño de un restaurante de Altabix que impidió el miércoles que una persona con discapacidad visual accediese a su restaurante, en Altabix, con su perro guía. La Ley 12/2003, de 10 de abril, sobre perros de asistencia para personas con discapacidades de la Generalitat Valenciana establece que estos animales tienen derecho de acceso, ya que su compañía es fundamental para garantizar la accesibilidad de sus dueños.

Así se lo hizo saber el afectado, que prefiere preservar su identidad, al dueño del local. Sin embargo, la negativa fue rotunda y le instó a que, junto a las dos personas que le acompañaban, tomaran asiento en la terraza negándose en rotundo a permitirle la entrada al establecimiento. «Es cierto que me ofrecieron una mesa en la terraza, pero ya no nos apetecía quedarnos. Les dije que llamaría a la Policía Local si no nos dejaba entrar, pero ni por esas. Así que llamamos. Los agentes se portaron muy bien y se descargaron el decreto que regula el acceso a los perros guía. Fue entonces cuando nos pidieron perdón, pero decidí seguir adelante con la hoja de reclamaciones para que sirviera como ejemplo y todos los hosteleros tomen conciencia de la situación. Si no dejan entrar al perro, no me dejan entrar a mí, ya que es una parte fundamental en mi día a día», explica. De hecho, el animal le acompaña en su lugar de trabajo, en un sitio público, y no supone ningún problema para el resto de usuarios, ya que «está perfectamente entrenado para que pase desapercibido y se comporte de forma correcta», relata.

Por desgracia, asegura que no se trata de la primera vez que le ponen problemas para que el animal acceda al interior de restaurantes o establecimientos públicos, pero normalmente, al explicar la situación y que la legislación permite su entrada, se soluciona sin más. «Una vez llamé para reservar en un restaurante del centro y, al comentarles lo del perro, me dijeron que no. Tras colgar, parece que se informaron y me llamaron para disculparse y decirme que no había ningún problema, así que, agradeciendo la molestia, hicimos la reserva. También nos ha pasado eso de llegar y que no nos dejen entrar, y que algún cliente que sí conozca la normativa se lo diga al dueño del local y entonces nos dejen paso». De hecho, fue una clienta que presenció el incidente en este restaurante quien dio a conocer el caso públicamente. Por tanto, el afectado reitera que su intención de seguir adelante con la reclamación es solo dar visibilidad a esta situación y que todo el mundo conozca la normativa que le garantiza la accesibilidad.