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El PSOE reabre su cisma

Carlos González se retira de la carrera hacia la Secretaría General de los socialistas ilicitanos y pacta que Arabid compita contra Soler

El PSOE reabre su cisma

En política nada es definitivo. Sin embargo, hoy por hoy, la pugna por hacerse con las riendas en General Cosidó es cosa de dos: el exalcalde y exsecretario general, Alejandro Soler; y la edil de Hacienda, Ana Arabid, a la sazón número dos del grupo liderado por José Pérez / Antonio Rodes. El actual secretario general y alcalde, Carlos González, directamente ha decidido retirarse de la carrera. En los últimos meses, el cambio había sido total y absoluto. De no querer oír ni hablar de la dichosa bicefalia, a ir poco a poco replegando velas, hasta que ayer hizo pública su decisión de apearse de esta pugna, en una comparecencia pública ante las cámaras y las grabadoras, que para muchos poco menos que era con traición y alevosía. Le afeaban incluso en su círculo más cercano que primero hubiera hablado ante los medios y después lo hubiera comunicado a través de un frío whatsapp.

Sin embargo, la decisión ya estaba tomada desde la pasada semana. Primero Carlos González anunciaría su retirada, como ayer hizo, y después Ana Arabid presentaría su candidatura, algo que se debe hacer efectivo hoy. Era el resultado de negociaciones y renegociaciones entre familias. Entre medias, por haber hasta hubo una comida entre Carlos González y Alejandro Soler, a los que, según cuentan quienes saben muy bien lo que allí pasó, casi les tuvieron que quitar los cuchillos. La oferta parece que era clara: Carlos González dejaba el control del partido a Alejandro Soler y, a cambio, le garantizaban un camino de rosas para repetir como alcaldable en 2019. El actual alcalde no transigió. Parece que, para ese entonces, puede que no estuviera definitivamente tomada, pero sí estaba perfilada su intención de hacerse a un lado. Allí dijo todo lo contrario. La guerra entre uno y otro, lejos de enfriarse, se calentaba más si cabe.

A esas alturas, Carlos González ya debía ser consciente de que hiciera lo que hiciera era susto o muerte. El cataclismo en Ferraz hizo que Pedro Sánchez cayera para acabar renaciendo, y, con él, lo hacía también Alejandro Soler, que capitalizó la ola en Elche. El pinchazo del aparato y, por tanto, de Carlos González, directamente daba alas a Alejandro Soler, que, poco a poco, fue haciendo camino. Y el liderazgo del jefe de los socialistas ilicitanos, en ese momento ya bastante cuestionado en la Plaça de Baix y en General Cosidó, poco ayudaron. Tanto es así que, para cuando Pedro Sánchez hizo parada en Elche en enero, la comidilla fue que Alejandro Soler plantaría batalla por la secretaría general de la agrupación socialista. Y lo haría él mismo. Nada de poner a una persona interpuesta. No se escondió de gritarlo a los cuatro vientos.

Por si fuera poco, la sangría de los fieles de Carlos González en los últimos tiempos era más que manifiesta. Con una relación nula con el que otrora era su hombre de confianza, José Manuel Sánchez, y la fuga de Ramón Abad y los suyos al sector de Soler, la estocada final se la acabaría dando el portazo de Héctor Díez y, por consiguiente, de Patricia Macià, que también decidieron cruzar el charco. Al final, el miedo a perder otra vez el pulso contra Alejandro Soler, y las presiones del grupo de José Pérez /Antonio Rodes hicieron el resto. Ya en el pacto in extremis que le llevó a ser alcaldable en las últimas elecciones se había acordado que sí, que él estaría en la Plaça de Baix, pero que el control del partido sería para José Pérez. Al final, se dejó pasar y todo quedó tal cual, hasta ahora. Los vientos soplan de nuevo a favor para poder hacerse con el control del partido, y Ana Arabid, salvo imprevistos de última hora, oficializará hoy su candidatura. Mientras tanto, Alejandro Soler y su círculo más próximo ya trabaja en un almuerzo para presentar su apuesta el próximo 24 de marzo.

Con todo ello, la carrera hacia la asamblea que debe celebrarse después de Semana Santa ya ha comenzado. «Esto es el día de la marmota: la guerra entre Alejandro Soler y Carlos González, y antes Diego Maciá, no se acaba», comentaba ayer alguien. «Esto nos va a costar la Alcaldía», proclamaba alguna que otra persona. De momento, la brecha abierta ya ha partido en tres un grupo municipal que ya de por sí tenía que hacer equilibrios en el alambre. Y, encima, los de Soler amagan con forzar unas primarias y que por no ser González no sea ni candidato. A ver qué pasa a partir de ahora, porque en política hay peones con mucha facilidad para entrar y salir de la partida.

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