En estado malo, deficiente o ruinoso. Así se encuentra una séptima parte de los edificios de Elche, más de 4.000 en cifras absolutas. Un parque de viviendas fundamentalmente levantado entre los años sesenta y setenta, cuya antigüedad, unida a la falta de mantenimiento, ha empezado a pasar factura. Así lo revela un informe elaborado por el Ayuntamiento sobre la situación del parque edificatorio ilicitano. Según ese estudio, que toma como base los datos del último censo de viviendas del Instituto Nacional de Estadística, una de cada diez casas tiene más de 50 años. En este sentido, de los algo más de 28.412 edificios, 189 presentan un aspecto de ruina como tal, 781 están en una situación mala y 3.464 en estado deficiente. Del global, más de 23.900 están en buenas condiciones de conservación. Unos datos con los que el Ayuntamiento ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del parque inmobiliario, en un documento presentado al Gobierno central para obtener fondos europeos, en el marco de la estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI).

Los problemas de accesibilidad son las principales debilidades sobre las que el Ejecutivo local ha puesto el foco y ha vinculado con el estado deficiente de los inmuebles.

En esta línea, según el concejal de Urbanismo, José Manuel Sánchez, ese mal estado que presenta el parque de viviendas está prácticamente relacionado con barreras arquitectónicas y la ausencia de ascensores. De hecho, la mayoría de las ayudas que ha concedido el Ayuntamiento ilicitano por primera vez para la rehabilitación de viviendas son para la colocación de elevadores. Tanto es así que, según el informe del Ayuntamiento, la mitad de los inmuebles levantados en Elche carece de este tipo de instalaciones.

No obstante, en pleno proceso de reactivación de las rehabilitaciones en Elche, las mercantiles que se dedican a las reformas en inmuebles han detectado problemas derivados de una importante falta de mantenimiento. «Debido a los años que van acumulando los edificios y la ausencia de revisiones hasta el momento, nos estamos encontrando con la necesidad de impermeabilizar espacios como los balcones o con fisuras que acaban convirtiéndose en patologías estructurales», apuntaron desde la firma Promissan.

Barrios como Carrús, San Antón y Los Palmerales son los enclaves que el Ayuntamiento de Elche ha identificado con los inmuebles en peor estado de conservación, no solo por la antigüedad de los edificios, sino también por la falta de inversiones por parte de las comunidades de propietarios para llevar a cabo un mantenimiento o revisión de los bloques.

Ahora, en una época en la que el grueso de los edificios del parque inmobiliario de Elche ha superado los 50 años o está próximo a cumplirlo, han empezado a resurgir las rehabilitaciones de inmuebles que por obligación deben pasar una revisión técnica. De hecho, desde varias mercantiles ilicitanas apuntaron a que, debido a las deficiencias de muchos inmuebles, las actuaciones se están incluso adelantando.

La ley marca que las comunidades de propietarios tienen la obligación de realizar inspecciones técnicas de los edificios a los 50 años, tal y como recuerda el subdirector de arquitectura de la Universidad de Alicante, Antonio Maciá. No obstante, lo habitual es que a los 40 ó 50 años de vida de los inmuebles se empiecen a realizar rehabilitaciones. Todo ello pese a que lo recomendable, según el experto, es que cada diez años se ejecuten revisiones en el parque inmobiliario. El deterioro de las fachadas, los problemas de estructura y los malos aislamientos son los principales problemas que presentan los edificios de mayor antigüedad, según Antonio Maciá, y que motivan las inspecciones y rehabilitaciones.

Ante la degradación que sufre esa séptima parte de los inmuebles ilicitanos, el Ayuntamiento advierte en su informe de la necesidad de emprender intervenciones importantes de mantenimiento, conservación y rehabilitación, con el fin de garantizar la seguridad de las personas, el bienestar de la sociedad y la protección del medio ambiente.

No obstante, con la crisis económica sufrida en estos últimos años y el nivel de paro y precariedad laboral existente en el municipio, la conservación de la vivienda y de los edificios ha pasado a un segundo plano para la mayoría de sus ocupantes, con el consiguiente aumento del deterioro de los mismos, tal y como reconoce el propio Consistorio. Ahora, parece que ha llegado el momento para algunas comunidades de propietarios del casco urbano ilicitano, que han conseguido rascar de sus bolsillos una cantidad suficiente para acometer una rehabilitación. En el caso una intervención en una fachada en la que no se ha actuado en dos décadas, el presupuesto máximo, según han apuntado desde varias empresas del sector, ronda los 2.000 euros.

Inmuebles nuevos

Pese a que con la edad los inmuebles empiezan a pedir revisiones por la aparición de deficiencias, las empresas del sector de la construcción se han topado con una nueva realidad. Y es que inmuebles que apenas llegan a los quince años de antigüedad ya precisan de una intervención.

Se trata de edificios levantados durante la burbuja inmobiliaria que, debido a una mala ejecución, ya están presentando problemas, que obligan a modificar el estado actual de los inmuebles. El mal estado de los ladrillos, las carencias en impermeabilizaciones o el uso de materiales no adecuados están suponiendo quebraderos de cabeza en los pisos jóvenes.