Evacuar un servicio como la Unidad de Cuidados Intensivos no es tarea fácil, debido a la gravedad de los pacientes ingresados en este área. Por eso, el Hospital General de Elche acogió ayer un simulacro de incendio para detectar los puntos débiles en el sistema de evacuación y seguridad del centro, y mejorar aquellos aspectos que faciliten una atención más rápida, tanto por parte del personal del servicio, como de los efectivos de Emergencias.

El hipotético fuego se inició en uno de los boxes de la UCI,por un fallo en el cuadro eléctrico, y rápidamente se tuvo que trasladar a los pacientes a los pasillos, en las áreas alejadas del fuego y del humo, mientras esperaban la llegada de los bomberos al centro para sofocar las llamas. Los bomberos parten de la base de que «un hospital es inevacuable», apuntó ayer el jefe del Parque Comarcal de Bomberos del Baix Vinalopó, José Soler, por lo que, de lo que se trata, es de redistribuir a los enfermos en sitios seguros, y cortar y extinguir las llamas para que no se extiendan.

No obstante, al tratarse de la UCI, se puede dar el caso de que algún paciente necesite cuidados urgentes, por lo que el simulacro incluyó la evacuación de uno de ellos por la ventana. Para ello, los bomberos sacaron al hipotético paciente por un ventanal, conectado a los dispositivos médicos necesarios. Un SAMU los esperaba a las puertas del hospital para ser trasladado a otro centro médico donde ser atendido hasta que todo volviera a la normalidad.

El evento sorprendió a muchos pacientes del centro, debido al amplio despliegue policial y de los dispositivos de Emergencias. Y es que la prueba también incluyó a personal de la Policía Local y de la Policía Nacional con el fin de coordinar a todos los efectivos de Emergencias. El simulacro contó, asimismo, con observadores repartidos en puntos estratégicos que fueron anotando aciertos y errores. Unas conclusiones que se pusieron en común en una reunión posterior, para detectar los aspectos a mejorar.