El crecimiento económico no está teniendo su reflejo en una apuesta más firme y decidida por la investigación en las universidades valencianas. Así lo denunciaron ayer alto y claro desde la Red de Universidades Valencianas para el fomento de la I+D+i (Ruvid), que aprovechó la presentación en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche de su balance anual para lanzar la voz de alarma. Los científicos llevan su pesimismo más allá y aseguran que todavía están sufriendo los recortes y, lo que es peor, de momento, no parece tener fin, lo que contribuye a la fuga de cerebros.

Las universidades valencianas hicieron un ejercicio de fuerza para dar mayor empaque a su reivindicación, motivo por el cual contaron con la presencia de algunos de los científicos más destacados, como es el caso del microbiólogo de la Universidad de Alicante (UA) Francis Mójica, creador del sistema CRISPR, con el que ha sido candidato a los Premios Nobel de Medicina y Química, o el director del Instituto de Neurociencias, Salvador Martínez.

Junto a Mójica y Martínez, estuvieron presentes el presidente de la Ruvid y vicerrector de la UMH, Manuel Jordán; la vicerrectora de Investigación de la UA, Amparo Navarro; Tonia Salinas, de la Red de Parques Científicos; Jesús Lancis, de la Universitat Jaume I de Castellón; y José Pío Beltrán, del CSIC.

El presidente de la Ruvid, que aglutina a siete universidades valencianas (cinco públicas y dos privadas), destacó la consolidación del sistema universitario de investigación, pese a «algunas dificultades». A partir de ahí, empezó a enumerar las trabas a los que se enfrentan los investigadores.

«Una de las principales radica en la obtención de fondos para desarrollar actividades de investigación y generar oportunidades para los investigadores más jóvenes», dijo. Dentro de este contexto, los datos disponibles, correspondientes al año 2016, evidencian una inversión en I+D+i en las universidades valencianas de 465 millones de euros, lo que representa un 45% del total de la Comunidad.

Las universidades que forman parte de la Ruvid emplean a cerca de 19.000 científicos en estos momentos y forman a 1.600 estudiantes cada año, aunque muchos de ellos acaban marchándose a otros países europeos, en los que encuentran mejores condiciones para desarrollar su trabajo. En paralelo a la temida fuga de cerebros, tan de actualidad como en los peores años de la crisis, Jordán anunció que en España se acaban de recortar en un 10% las partidas que se destinan a la investigación.

Los testimonios de Francis Mójica y Salvador Martínez no fueron más alentadores que el de Jordán. «He contactado con talentos españoles que actualmente están en el extranjero para convencerles de que vuelvan y su respuesta ha sido negativa. Me dicen que de momento no, que les llame de nuevo en unos años, a ver si la situación ha mejorado. Esto es muy triste y hace que estemos quemados con la situación que se vive en España», lamentó el microbiólogo.

En la misma dirección apuntaba el director del Instituto de Neurociencias, que hablaba de una generación perdida de científicos locales y que teme que en un periodo de cinco o diez años se produzca un «colapso» de la actividad científica española. «Estamos tocando fondo y no vamos a parar hasta que la situación sea irreversible y lleguemos al punto cero. Estamos cerca del límite y la caída está siendo estrepitosa. No vamos a poder generar el conocimiento suficiente para mantener el sistema», añadió Salvador Martínez.

En su desesperado llamamiento, los científicos recordaron que en España ya se ha perdido un 36% de los recursos destinados a la investigación científica desde que dio comienzo la crisis, hace una década, mientras que en otros países europeos se ha apostado por aumentar el dinero que se dedica a ello, pese a los años de turbulencias que se han vivido. La falta de fondos para desarrollar proyectos deja en el aire las oportunidades para los talentos emergentes.