La portavoz del Podemos en el Congreso de los Diputados, Irene Montero, se reunió ayer por la tarde con medio centenar de trabajadoras en el Centro de Congresos para debatir sobre precariedad laboral y las condiciones salariales que tienen. El calzado fue uno de los puntos clave, especialmente en lo que respecta a las aparadores. Aurora Sales, en representación del colectivo, trasladó la situación que se arrastra durante décadas, y el veto laboral al que se exponen si denuncian su situación. Montero se preguntó si es que «Inditex o Kelme, que operan aquí,no tienen conocimiento de que hay tantas mujeres» en esa situación, antes de afirmar que a las mercantiles «se les debería de caer la cara de vergüenza» por permitir que estas trabajadoras cobren «uno o dos euros la hora».

Todo ello, «con una máquina en su casa mientras hacen las tareas del hogar».