La provincia de Alicante está viendo nacer las primeras floraciones de los almendros en sus tierras de cultivo. Las zonas de Torrellano, en Elche, Hondón de las Nieves y el Hondón de los Frailes, en el Medio Vinalopó, las comarcas de Marina Alta y la Vega Baja son algunos de los puntos de la provincia en los que ya se puede disfrutar de un bello paisaje en el que estos árboles frutales comienzan a vestirse con tonalidades blancas y rosas.

Una floración más temprana de lo habitual en la región, en la que suele ser común que los primeros pétalos y las primeras yemas de almendra comiencen a aparecer a principios de febrero. Las altas temperaturas registradas en los últimos días en la región, en la que en algunos puntos, como en Elche, han llegado a alcanzar entre los 18 y los 20 grados ha sido el empujón definitivo para que, a lo largo de esta semana hayan empezado a aparecer las primeras flores. Algunos almendros adelantan, así, su floración y quedan expuestos a posibles heladas.

El biólogo de la Universidad Miguel Hernández, Pablo Perales, apunta que los ciclos de floración están cambiando, debido a que, año tras año, la región registra temperaturas cada vez más altas durante el invierno, debido al cambio climático. Este fenómeno, con el incremento de temperaturas, trae consigo que muchas especies vegetales, entre ellas el almendro, modifiquen su ciclo biológico. En este sentido, también se ha pronunciado el secretario general de la Unió de Llauradors i Ramaders, Santiago Pascual. Para Pascual, el inicio de la floración este año es muy temprana y se debe a que los árboles interpretan los aumentos de temperaturas puntuales como la llegada del mejor tiempo, una llegada adelantada que puede causar problemas. «Los cultivos se vuelven locos, no reaccionan bien a los cambios bruscos de temperaturas y todos los ciclos de crecimiento se aceleran por culpa del cambio climático que ya vivimos».

El secretario de la Unió de Llauradors i Ramaders señala que «las heladas y el frío están por llegar, hasta ahora, en el Camp d'Elx solo registramos un par de días con temperaturas bajo cero. Si hiela por debajo de los -2 grados, los frutos incipientes, con la almendra recién cuajada se pueden helar», considera Pascual. En un apunte positivo, asegura que la mayor parte de los cultivos están aún por arrancar y que las lluvias de otoño fueron oportunas para los frutales. Por otra parte, desde la Unió de Llauradors aportan que el precio de las almendras lleva incrementándose desde hace unos siete años y que la demanda que llega desde países como China y de dentro de Europa también aumenta el precio de pago a los agricultores, hasta rondar los diez euros. Este hecho anima a que se sumen nuevos cultivos de almendros en la última década. Por otro lado, este año existen dos preocupaciones principales para los cultivos de los almendros, el presidente de Asaja Jóvenes Agricultores de Elche, Pedro Valero. Una de ellas es la falta de agua, que los regantes aún capean con aportes de riego, ya que llevan años racionando agua para ello. La escasez de lluvias pasa factura a los cultivos. Otra de las preocupaciones son las heladas que puedan perjudicar a los almendros ya en flor, los recién florecidos, a partir de las próximas semanas.

Sequedad

Trino Agulló, de la Comunidad de Labradores de Elche, es una de las personas que han visto aparecer las primeras flores en sus cultivos de almendros por la zona de Torrellano. Si bien, afirma, la mayor parte de los almendros aún no están preparados y empezarán a brotar «a partir de febrero, imagino, necesitan un aporte hídrico más grande para que empiecen a tirar». Y es que, según Agulló, la sequía está provocando que la floración sea irregular y que se retrase en otros puntos de los cultivos más secos. «Ha llovido poco y, aquí podemos regar porque tenemos el agua racionada desde hace dos años y tenemos aún recursos, pero la sequía puede atrasar la floración de muchos almendros si no llueve en el próximo mes».

En el mismo sentido se ha expresado el presidente de la Asociación Jóvenes Agricultores de Alicante (Asaja), Eladio Aniorte, quien asegura que el inicio de la floración es, aún poco significativo y la flor está muy diseminada aún. Para Aniorte, su mayor preocupación es la sequía que lleva arrastrando la región desde otoño. «La sequía no permite que los árboles estén fuertes y que su tronco esté hidratado para dar el máximo empujón a unas flores fuertes. No obstante, si en las próximas semanas y el próximo mes llueve, los cultivos podrán salir adelante con frutos con un buen calibre, hay margen», según el presidente de Asaja. Aniorte afirma que, si no llueve, los cultivos acabarán por florecer, pero que será una floración pobre, que provocará que las cosechas de este año no sean muy abundantes y cuyo fruto podría salir debilitado. «Necesitamos agua para que cambie la situación, porque apenas ha habido siquiera rocío en las noches en este tipo de cultivo que necesita de riego».

Por otra parte, desde Asaja aseguran que «estamos a expensas del tiempo de las próximas semanas, porque sabemos que en el riego, en los trasvases o en las desalaciones no va a haber ningún avance por parte de los políticos», aseveraron, y añadieron que las aguas depuradas que sirven de riego en estos momentos para estos cultivos «son aguas de mala calidad, depuradas, y necesitamos agua renovada y de mejor calidad para sacar los cultivos adelante», concluyeron desde Asaja.

Bacteria peligrosa

La «Xylella Fastidiosa» es uno de los problemas que preocupan a los agricultores de la provincia. Se trata de una bacteria que colapsa los vasos vegetales e impide que se desplace la savia y el agua, lo que provoca que el vegetal vaya decayendo. Desde Asaja afirman que la plaga de la xylella provocará que, como mínimo, se destruyan unas 200 hectáreas de almendros en las zonas de La Marina y de otras comarcas del interior de Alicante, como en Guadalest. No obstante, esta cifra de pérdida de cultivo podría aumentar según se vaya desarrollando la plaga. En estos momentos, la normativa europea obliga a destruir los árboles afectados por esta plaga y, además, acabar con los cultivos que se encuentren en 100 metros a la redonda de estos árboles para acabar con su expansión. No obstante, desde Asaja no están contentos con esta solución. «Esta norma comunitaria no se aplica en Italia, y fuera de la Unión Europea, tampoco se hace en Estados Unidos, que también la sufre». Para Asaja, la solución para acabar con la plaga, de la manera menos drástica posible, pasaría por controlar los vectores,(insectos que pueden trasmitir la enfermedad, como las abejas), sin acabar con ellas y adoptando medidas para el arranque de árboles afectados por la bacteria, pero no por una destrucción a 100 metros a la redonda.