Para evitar que una infección causada por un virus acabe tratándose con antibióticos, desde el Hospital General han propuesto a la dirección la implantación de unas pruebas rápidas en los centros de salud para faringitis y amigdalitis en las que, en apenas 20 minutos, podrá diagnosticarse a ciencia cierta si se trata de una afección vírica o bacteriana. Los tests funcionan por contacto, y no requieren de conocimientos específicos de microbiología, ya que operan como una prueba de embarazo: en caso de dar positivo en la presencia de bacterias, cambia de color. Así, el médico sabrá si debe recetar antibiótico o no.

La dirección de Atención Primaria se encuentra trabajando para determinar un centro de salud en el que realizar estas pruebas de forma piloto. Será un centro pequeño, que permita focalizar los tests durante un par de meses para probar su efectividad, los tiempos de espera y si resulta pertinente a la hora de adecuar el tratamiento. El paciente pasará consulta y su médico de cabecera le realizará la prueba, con un breve contacto en la zona afectada. La idea es que, posteriormente, espere en la sala, y que el control del resultado se haga desde la propia enfermería del centro de salud, que informaría al facultativo, tras un tiempo. Una vez obtenido el resultado, el paciente volvería a la consulta, donde se le prescribiría el tratamiento idóneo para su dolencia.