En diciembre de 2016 la junta de gobierno del Ayuntamiento de Elche aprobaba el pliego de condiciones para conceder administrativamente el uso del edificio del Instituto Tecnológico de la Palmera así como del uso del Vivero Municipal Fitosanitario Seguro, todo ello mediante procedimiento abierto. En junio del pasado año el mismo órgano aprobaba la adjudicación de esta concesión a la única firma presentada, la cual, en principio, tiene previsto arrancar su actividad este mes de enero.

No obstante, en los últimos años y meses todo este asunto ha ido tornándose más y más polémico por varias razones.

Para empezar, la empresa adjudicataria se constituyó hace diez meses, cuatro días antes de que finalizara el plazo de presentación de propuestas, según dieron a conocer en su día la exedil socialista Loli Asencio y el arquitecto José Antonio Pascual, que también sostienen que el pliego de condiciones se modificó a escasos días de que finalizara el plazo inicial para presentarse sin que, curiosamente, se alargara el calendario inicial.

Las críticas también le han caído al tripartito precisamente porque sobre todo PSOE y Compromís fueron adalides durante el mandato de la popular Mercedes Alonso de la denuncia y lucha en contra de la privatización de espacios y servicios públicos en Elche. Cuando se gestó hace años la idea de este instituto se pensaba más en la Universidad de Elche y el propio Ayuntamiento que en que fuera propulsada desde la gestión privada.

En cualquier caso, de nuevo nos encontramos con un edificio público con destino, al menos en parte, a una empresa privada, aunque con acciones que revertirán en la sociedad ilicitana, además de tener el complicado objetivo de convertir a Elche en el referente mundial del estudio sobre la palmera.

En cualquier caso, el equipo de gobierno actual va a conseguir activar, en el segundo tramo de su mandato, y por primera vez, el Instituto Tecnológico de la Palmera, cuya antesala fue la Estación Phoenix, que estaba ubicada en el Hort del Gat y clausurada por Mercedes Alonso poco después de que tomara posesión su equipo, en 2011. Precisamente fue ese mismo año en el que también se concluyó la obra de este edificio que para su construcción partió de un precio de licitación de 2,4 millones de euros con cargo al Plan Confianza de la Generalitat Valenciana.