La fuga de agua que se produjo en la madrugada del miércoles en la ladera del Vinalopó, a la altura del Valle Trenzado, está ocasionando más quebraderos de cabeza de los esperados inicialmente. En primera instancia se apuntaba a que las tuberías afectadas estaban soterradas a unos cuatro metros de profundidad, a última hora del miércoles ya se señalaba que la red se encontraba a siete metros bajo tierra y, ayer, las máquinas estaban excavando a una profundidad de ocho metros, sin haber encontrado aún la canalización.

Desde el minuto cero, la prioridad era restablecer el servicio de agua en las quince viviendas que se habían visto afectadas en la zona de las Casas de Ferrández y el Servef, algo que se consiguió ayer por la mañana. Tampoco se está perdiendo caudal porque el suministro de la red fue cortado en el momento en el que se dio el aviso del escape. Cumplido este objetivo, desde Aigües d'Elx apuntan que ahora prima la seguridad porque la operación, al estar desarrollándose a ocho metros de profundidad, es más complicada.

Con el fin de evitar posibles accidentes laborales y de que las máquinas puedan trabajar con total normalidad, se están asegurando los terrenos. Del mismo modo, se ha retirado el agua y el barro que se había acumulado en la ladera del río. Una de las mayores dificultades que están encontrando los operarios es que las tuberías afectadas son bastante antiguas -pertenecen a los últimos años de la década de los setenta-, por lo que no existe una cartografía con su estructura. Si se tratara de una instalación más moderna, el problema sería mucho menor, porque ahora los sistemas de GPS permiten encontrar con exactitud los puntos que se ven afectados. Además, la zona de la ladera ha vivido muchas obras durante los últimos años, lo que dificulta todavía más la labor de búsqueda.

Una vez que se ha cortado la fuga y las viviendas afectadas vuelven a contar con suministro, los trabajos ya no se están realizando las 24 horas del día, sino que se actúa en la zona mientras hay luz natural. El objetivo ahora es encontrar la avería que está bajo tierra, repararla y recuperar el correcto funcionamiento. Cuando se encuentre la tubería afectada, se sabrá con exactitud la magnitud del problema, ya que todavía no está claro si se trata de una rotura o de una avería causada por la desunión de algunas piezas.