La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, acogió ayer un juicio poco habitual, por el hecho de que han pasado nada más y nada menos que 19 años desde que se cometió el supuesto delito de estafa por el que se lleva a los tribunales a los acusados. Los hechos se remontan al año 1998, cuando se pagaron con letras de cambio falsas varios pedidos de zapatillas vulcanizadas a una empresa de la ciudad, por valor de 37.000 euros. Según la acusación, nunca se pudo cobrar esta cantidad ya que, supuestamente, estas letras de cambio contenían datos falsos, por lo que no era posible cobrar estas cantidades.
Según trasladaron ayer fuentes judiciales, la dilación del juicio se ha ido produciendo a lo largo de todos estos años por diferentes complicaciones en la instrucción, citación de las partes, y trámites judiciales. Para empezar, ha habido muchas dificultades a la hora de citar a los implicados.
Por tanto, hasta ayer no pudo celebrarse en la Ciudad de la Justicia de Elche la sesión del juicio, aunque llegados a este punto, y como era previsible, la defensa pidió que se considere prescrito el delito, por lo que ahora habrá que esperar al dictamen del tribunal. La pena máxima por delito de estafa, tras la reciente reforma del Código Penal, es de tres años. Y durante todo este tiempo, se han producido parones de más de tres años sin que desde los juzgados se moviera ficha para retomar el juicio, por lo que la defensa sostiene que el delito ha prescrito.
En 19 años, son muchos los cambios que se han producido entorno al caso. Para empezar, la pena pedida por la acusación y la Fiscalía. Antes de la reforma del Código Penal de 2015, para los delitos de estafa se contemplaba una pena mayor que el máximo de tres años que se contempla actualmente. Además, uno de los implicados ya ha fallecido, por lo que se complica aún más la celebración del juicio y la resolución del caso. Otro cambio es que la mercantil ni siquiera existe ya en la ciudad, por lo que cesó su actividad sin ajustar el perjuicio económico generado por esta supuesta estafa. La empresa se dedicaba a la fabricación de zapatillas vulcanizadas, una técnica que consiste en reforzar químicamente la suela para hacerla más resistente y aumentar la popularidad, por lo que son muy utilizadas en el «skate».
El juicio de ayer sirve, una vez más, para poner el acento en la falta de recursos de los tribunales a hora de acelerar los trámites y poder sacar los asuntos adelante.
Aunque este tipo de casos son la excepción y no la regla, en los últimos meses se han podido ver casos que se remontan a hace más de quince años, o varios asuntos arrastrados desde el año 2007. Así, los profesionales de la Ciudad de la Justicia mostraron ayer su malestar ante este tipo de situaciones, en la que los retrasos en la administración de justicia hacen que esta nunca llegue, pues todo apunta a que el caso quedará prescrito, los empresarios no tendrán oportunidad de recuperar los 37.000 euros perdidos y los acusados quedarán impunes.
Por el momento, no hay fecha para que el tribunal decida si se sigue adelante con el caso o se acepta la prescripción del delito y finalmente, tras 19 años, se celebrará el juicio.
