La Unidad de Delincuencia Vial localizó el pasado jueves una anomalía en un tacógrafo de un camión matriculado en Rumanía y que presentaba unos tiempos de descanso excesivos y muy pocas horas acumuladas de conducción, lo que levantó las sospechas de los agentes.

Por tanto, los agentes acompañaron al conductor hasta un taller especializado en la instalación de estos aparatos, donde realizaron una exhaustiva comprobación durante horas. De hecho, los mecánicos tardaron casi 24 horas en detectar la manipulación, al haberse realizado con una técnica "muy sofisticada", tal y como han trasladado desde la Jefatura de la Policía Local de Elche.

Los agentes explican que la técnica habitual para manipular tacógrafos pasa por colocar un imán de neodimio en el sensor de impulsos, o por colocar un aparato de desconexión del cableado. Esto fue lo que se comprobó en un primer momento, pero los mecánicos encontraron restos y marcas en el sensor de movimiento. Fue en este paso donde se confirmó la presencia de un circuito electrónico que recibiría instrucciones vía software, provocando la desconexión del aparato a voluntad del conductor. Estas actuaciones sobre la centralita del vehículo pueden afectar a funciones como el ABS, airbag, velocímetro y otros sistemas de seguridad activa del vehículo. Posteriormente se procedió a sustituir la pieza por una nueva, no susceptible a esta manipulación.

El conductor tuvo que correr a cargo de la factura del taller y de la correspondiente sanción, por lo que la cuantía ascendió a 3.500 euros.Más controles

El área de Tráfico y Seguridad Vial ha intensificado la vigilancia sobre los profesionales y empresas del sector dedicado al transporte de mercancías y personas con controles diarios, especialmente en los polígonos industriales del municipio y en sus vías de acceso, trabajando de manera específica los controles sobre los tacógrafos de los vehículos durante los últimos seis meses.

El equipo de Controles, integrado dentro del área de Tráfico y Seguridad Vial, ha formalizado 300 denuncias en el último año en materia de tacógrafos, especialmente por eludir los tiempos de conducción y descanso. La obligación de llevar tacógrafo se proyecta sobre vehículos de transporte de mercancías de más de 3.500 kg. y los vehículos dedicados al transporte de personas, siempre a partir de nueve pasajeros. Un oficial y cuatro agentes, dos de ellos especializados en este tipo de transportes, conforman el equipo de Controles de la Policía Local.

Un conductor de estos sectores no puede circular más de nueve horas al día, pudiéndolo hacer de forma continuada durante un máximo de cuatro horas y media, con un descanso posterior obligatorio de 45 minutos. El vehículo, por contra, sí puede circular las horas que sean siempre y cuando se vaya cambiando el conductor. En ambos puntos, sumados al factor de la velocidad, es donde entra en juego el trucaje de los tacógrafos. Los conductores manipulan el aparato colocando un simple imán sobre la caja de cambios, de manera que los impulsos que deberían dirigirse hacia el tacógrafo, que se sitúa en la cabina, se desvían hacia el imán y nunca llegan al tacógrafo. De este modo, el aparato registra que el vehículo está parado y los conductores pueden sobrepasar los tiempos de conducción o conducir a más velocidad de la permitida, con el peligro que ello conlleva.