La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Elche logró ayer frenar el desahucio de una mujer que convive con sus tres hijos, todos menores de edad, en una vivienda ocupada que es propiedad de una entidad bancaria, en la calle Patricio Ruiz Gómez, en el barrio de Carrús. Este fue tan solo un caso de las decenas que se registran cada año en la ciudad. De hecho, la portavoz de la plataforma, Gloria Marín, apuntó ayer que actualmente tienen abiertos un centenar de expedientes. Cada semana, el colectivo atiende a un par de familias a las que les llegan las notificaciones de desahucio. Muchos de los casos que permanecen abiertos son arrastrados desde hace años. De hecho, cuando se consigue paralizar una orden de desalojo, no se trata más que de una solución provisional, pues normalmente las paralizaciones son tan solo por un periodo de tiempo determinado.

Desde la PAH también destacan que los casos que gestionan son tan solo la punta del iceberg, ya que «el porcentaje que nos llega es mínimo. Esto pone sobre la mesa que el problema de la vivienda sigue siendo una realidad, y también las nulas gestiones del Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Bienestar Social, para paliar la falta de viviendas», explica Gloria Marín.

Desde hace ya un tiempo, la PAH está buscando alternativas de vivienda en casas abandonadas por los bancos tras ejecutar desahucios, y que están en desuso. Así se ha encontrado alternativa habitacional para una treintena de familias, pero Gloria Marín apunta que hay una decena de casos en los que los habitantes tendrán que ir a la calle al no haberles podido encontrar ninguna alternativa. En estas situaciones, se negocia con la entidad bancaria un alquiler social, aunque no siempre encuentran la predisposición necesaria para cerrar acuerdos.

En el caso que frenaron ayer, el banco se negó a negociar, y, tras el aplazamiento, se volverán a sentar con los responsables del banco para tratar de encontrar una solución. «Que quede claro que quiere pagar un alquiler, no quiere vivir gratis. Los bancos tienen muchas casas vacías. Es cuestión de voluntad», señalaron desde la PAH.

Por el momento, Rosa, la mujer que vive en esta vivienda de Carrús, mostró su satisfacción por el apoyo recibido, no solo desde la plataforma, sino también por sus vecinos. «La alegría ha sido inmensa cuando hemos ido al juzgado y nos lo han comunicado. Sobre todo por ellos, por los niños. Hemos ganado tiempo, y, al menos, hoy podemos respirar tranquilos. También ha sido muy emocionante ver el apoyo de los vecinos», relataba Rosa tras conocer la noticia de la paralización.

Ahora, la otra batalla que les queda por librar es la de conseguir algún tipo de ayuda social para poder hacer frente a los recibos de agua, luz y la alimentación de los tres niños, el menor de tan solo un año y medio. Por el momento, desde el colectivo destacan que ya se ha hecho frente a recibos impagados para poder restablecerle los suministros de luz y agua. «El Ayuntamiento se tiene que poner las pilas para cumplir lo que prometió: una ciudad libre de desahucios», concluyeron desde la PAH.