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Un estudio pionero revela que dos de cada diez adolescentes de Elche son adictos al juego de azar

La primera encuesta local sobre apuestas indica que el 65% de los menores de institutos ilicitanos llegan a practicarlas

Alumnos de un instituto de Elche. ANTONIO AMORÓS

Un primer estudio para conocer el grado de atracción de los adolescentes ilicitanos por los juegos de azar, ya sea presencial u on line, acaba de revelar que un 16,35% de los encuestados muestra una adicción que puede convertirse en riesgo, mientras que un 4,4% de los casos estudiados se puede considerar que ya es juego patológico. Así se indica en el primer acercamiento que se ha realizado en Elche sobre esta cuestión gracias a un programa conjunto en el que están implicados la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, la Unidad de Investigación: Juego y Adicciones Tecnológicas de la Universitat de València y la Unidad de Prevención Comunitaria de Conductas Adictivas (UPCCA) de Elche.

Aunque no se trata de un estudio epidemiológico sí que, a través de una primera encuesta, en la que han participado 159 alumnos de institutos ilicitanos, se desprende que el problema no debe ser ignorado y que todos, administraciones, especialistas, docentes y padres, entre otros, no deben despistarse en esta cuestión que es todo un peligro como lo es ahora el acoso escolar o la adicción a internet y al móvil.

«Los resultados obtenidos son un acercamiento a la realidad del juego y de los problemas de adicción que el juego de azar puede llegar a producir en jóvenes y adolescentes», explican los impulsores de este trabajo, enmarcado dentro de lo que se conoce como programa Ludens, auspiciado por la Generalitat Valenciana para prevenir la adicción a los juegos de azar.

El propósito de este estudio, que durante el pasado curso se llevó a cabo solo una primera fase, fue (y seguirá siendo durante el actual curso escolar, puesto que va a tener continuidad y se va a ampliar) el conocimiento del uso de los juegos de apuestas por parte de los menores de edad escolarizados. En este sentido, se ha pedido a los jóvenes que se pronuncien tanto sobre los juegos más tradicionales (quinielas, máquinas...) como sobre los actuales juegos on line, tanto si se llevan a cabo a través de ordenador o móvil, como si se juega en máquinas de apuestas deportivas situadas en bares y salones.

De entre los encuestados, con un promedio de edad de 17,7 años, el 65,4% reconoció que sí jugaba. De éstos, de entre los juegos presenciales, el 31% afirmó que jugaba al Rasca de la Once; el 26% marcó que jugaba al casino (en los casinos los menores de 18 años tienen prohibida la entrada); el 22% echaba quinielas; un 18% jugaba a las tragaperras; y un 16% confiaba en loterías.

En lo que se refiere a los juegos on line, un 36% afirmó que a través de internet realizaba apuestas; un 9% jugaba al póker; un 8% al casino on line; y un 7% al bingo.

La gran mayoría de los menores consultados afirmó que jugaba por internet simplemente por diversión y, en menor medida, porque también jugaban sus amigos. Asimismo, el informe recoge que son los bares el lugar en el que los adolescentes que juegan marcaron que era donde mayoritariamente realizaban apuestas.

Tras la encuesta, los expertos han determinado que el 44,6% de los adolescentes consultados practican los juegos de azar sin que se pueda considerar juego patológico. Ahora bien, sí han detectado que un 16,3% pueden haber entrado en la consideración de juego de riesgo y más de un 4% directamente se puede clasificar como juego patológico.

«El juego patológico es un grave problema de salud provocado por el juego de azar. La prevalencia en población española lo sitúa en torno al 0,9% de la población mayor de 18 años», indican los expertos al frente de este trabajo, el cual lo consideran una herramienta que sirve de punto de partida para seguir trabajando en la detección e intervención temprana para prevenir la adicción al juego.

Jugar para evadirse y jugar para recuperar el dinero fueron algunos motivos que expusieron los adolescentes ante este problema, a los cuales también se les pidió que dieran a conocer cuál era su percepción sobre la exposición a los juegos de azar y la asunción de conductas de riesgo. La inmensa mayoría coincidió en que, en concreto, las apuestas deportivas son un negocio para algunas empresas, además de ser «un vicio y un derroche». Otras percepciones fueron que se trata de una cuestión de recaudación estatal, que sirve de pasatiempo o diversión, que se puede ganar dinero y que «si sabes de deporte es más fácil».

Para este nuevo curso ya han solicitado implicarse nueve centros educativos para 15 grupos de ciclos formativos y 15 de Bachillerato.

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