El fenómeno del acoso escolar está muy latente en las aulas en estos momentos. No hace falta buscar demasiado lejos para encontrar nuevos casos y nuevas denuncias. Con el objetivo de llegar mejor a los más jóvenes y contribuir en la batalla contra este problema social, tres ilicitanos han creado el cómic La oficina imposible. A través de las viñetas, y en sus siete capítulos, tres menores cansados de sufrir bullying deciden actuar para poder ser libres y que sus compañeros puedan ser más felices.

Los profesores Víctor Aroca y Pedro Ortega, que conocen de primera mano esta problemática, son los autores de La oficina imposible, un proyecto en el que han contado con los dibujos del ilustrador Pablo Fernández. Los tres se definen como apasionados del mundo de los cómics y tanto Aroca como Ortega ya habían participado anteriormente en algún proyecto similar, a través de obras de teatro. Sin embargo, en esta ocasión dejan a un lado las tablas y apuestan por las viñetas para acercarse a los alumnos. «Se trata de transmitirles determinados patrones de conducta y modelos a seguir», explica Víctor Aroca.

Los niños Yuri, Rashid y Eva, su nueva compañera de pupitre, son los protagonistas de La oficina imposible. A través de su historia se desarrolla este proyecto educativo, que mañana, a partir de las 17.30 horas, será presentado en IFA, dentro del contexto de la Vídeo Game Cómic 2017.

El propósito de los autores es que alguna institución, o empresa editora, se interese por su proyecto y pueda hacer llegar los cómics a las aulas. Cada uno de los siete capítulos viene acompañado por una guía educativa con propuesta de actividades.

Los autores consideran que las viñetas son el mejor camino para llegar de forma directa a la conciencia de los alumnos y las alumnas. «Las adaptaciones cinematográficas que se vienen haciendo en los últimos años, unidas al aumento de la calidad de los trabajos, han permito que los cómics tengan cada vez más adeptos», opina Pedro Ortega. «Somos docentes y sabemos las necesidades que hay en las aulas. Cuando un alumno suspende un examen, sus padres toman medidas. Con el acoso debería suceder lo mismo», añade su compañero Víctor Aroca.

El cómic, al igual que las guías educativas, ha sido concebido para que el personal docente cuente con una herramienta que le permita trabajar las relaciones sociales y la solución de conflictos entre alumnos, tanto los que pertenecen a la educación primaria como los que forman parte del primer ciclo de la secundaria. Los autores buscan el aprendizaje vivencial y por imitación de modelos de conducta a través de la historia que narran, al margen de ofrecer una relato divertido que pueda atraer la atención de los más jóvenes.

Sus historias tratan el bullying desde muchas perspectivas, desde las agresiones físicas hasta las verbales, pasando por el aislamiento social o el acoso a través de las redes sociales. Mediante las viñetas desmontan a los villanos. El siguiente paso es conseguirlo en las propias aulas.