Un choque entre vehículo en el túnel de El Altet, en la N-332 ha dejado a tres heridos atrapados en uno de los coches. Hay que actuar contrarreloj porque, en estas situaciones, cada segundo cuenta. Este es el argumento del simulacro realizado ayer por el equipo de bomberos del Parque Comarcal de Elche y Comarca en el que participaron varias unidades ilicitanas. Los equipos de excarcelación realizaron el rescate de estas tres personas, en una operación que sirvió para preparar a las distintas fuerzas de seguridad ante un accidente en el túnel, que supone mayores complicaciones que uno ocurrido en una vía convencional.

Regulación del tráfico, evacuación de los implicados y, sobre todo, las maniobras de rescate, obtuvieron un papel trascendental. En estos casos, lo bomberos deben cortar y moldear el amasijo de hierros sin herir a sus ocupantes. Una labor que requiere entreno y habilidad, y que sirvió para demostrar que los equipos están preparados ante este tipo de situaciones.

La actividad, realizada por Fomento, quien mantiene la N-332 sirvió de entreno para todas las fuerzas de seguridad, como parte del programa de reciclaje y ensayo que realizan los distintos organismos para atender a los accidentes más graves.

Los Bomberos realizan en el parque de forma habitual estas labores, pero esta vez pudieron realizarlas "in situ". De hecho, cuentan con un grupo de efectivos que, además y por hobby, realizan estas actividades frecuentemente en un desguace de la provincia, que les sirve para presentarse a campeonatos estatales cada año. Se trata de un grupo de 12 personas del parque de Elche, a excepción de un Alicantino, que entrenan todo el año con coches retirados para estar al día en cuanto a técnicas de excarcelamiento.

La necesidad de formación continua se hace patente con las nuevas medidas de seguridad que se han ido introduciendo en los vehículos. Más seguridad para los conductores que se traduce en un trabajo más laborioso para los bomberos. Ahora, los coches están diseñados para que el chasis absorba el impacto, deformándose cual acordeón, para que se reduzca así la fuerza del impacto. Esta deformación programada hace que sea más difícil acceder al habitáculo donde quedan atrapados los ocupantes. Por no hablar de otros elementos como los airbags o las nuevas modalidades de combustible, como los coches híbridos, de gas, etc., que suponen un cambio en las estructuras de los vehículos a los que deben hacer frente los grupos de rescate. Una labor que, al fin y al cabo, se traduce en poder salvar vidas.