No falla. Cada 12 de octubre desde hace unos años la Glorieta acoge una larga cola que se extiende por toda la plaza. Centenares de personas esperan la apertura de puertas del Gran Teatro para presenciar el festival de jotas organizado por el Centro Aragonés de Elche, que un año más cosechó ayer un gran éxito de afluencia. Una tradición que hizo ayer al público esperar hasta casi una hora para poder coger sitio en un Gran Teatro abarrotado. El folclore inundó así cada rincón, en cada una de las 21 piezas que se pusieron sobre el escenario y que arrancaron los aplausos del público con cada baile y canto. El sonido de la guitarra, las castañuelas y los bailes populares engrandeció un acto en el que todos los participantes, más de una treintena, pertenecían al Centro Aragonés. Lo que llamó la atención es que, pese a ser una agrupación con 37 años de historia en la ciudad, pudo verse sobre las tablas del escenario a mucha gente joven, por lo que la tradición va pasando de padres a hijos y, lejos de perderse, se va potenciando cada año.

Para muestra, un botón. De las 21 piezas que se interpretaron, ocho de ellas se estrenaron durante la mañana de ayer, lo que demuestra la implicación y trabajo de sus integrantes, que se desarrolla durante todo el año y que tiene, cada día del Pilar, su cénit.-

El festivo por el día de la Hispanidad contribuye a este lleno completo cada año, y el espectáculo no decepcionó a los asistentes. Además, antes del festival de jotas, el Centro Aragonés celebró una misa baturra en la basílica de Santa María en honor a la Virgen del Pilar, a la que acudieron decenas de fieles. El conjunto ya calentó motores en la noche del miércoles, con su serenata.