Octubre lleva camino de convertirse en el mes del Camp d'Elx. En esta época del año arrancan las campañas de recolección de productos como la Granada Mollar de Elche o el dátil fresco, entre otros, que llevan el nombre de Elche allí donde van, y también es la época en la que el campo se reivindica en la ciudad, con la Fireta del Camp d'Elx, que ayer abrió sus puertas en el Paseo de la Estación.

La jornada festiva invitó a los ilicitanos a pasear por las carpas en las que se presentan productos y servicios ligados al campo. Maquinaria agrícola, frutas, verduras y hortalizas, ganadería, así como una amplia oferta gastronómica a base de platos típicos elaborados por los restaurantes del campo se han vuelto a dar cita en un evento en el que el sector del campo reclama un mayor protagonismo.

«El campo de Elche es muy extenso, y aquí, en muy pocos metros, se presenta una muestra de todo lo que se hace en las pedanías», apuntaba Vicente Maciá, un vecino de Las Bayas que ayer destacaba la importancia de este tipo de eventos para poner en valor un trabajo a veces duro y laborioso que suele pasar desapercibido para la mayoría de la población, que no valora el trabajo que los productos llevan detrás.

En la Fireta también se constata que el desarrollo rural es todavía una asignatura pendiente en las pedanías ilicitanas. Así lo han reflejado en varias ocasiones los colectivos del campo, y de igual forma se mantenía ayer en la primera jornada de la Fireta del Camp d'Elx, que estará abierta hasta el domingo.

La inclusión del campo ilicitano dentro del Grupo de Acción Local del sur de la provincia de Alicante, que va a posibilitar la llegada de fondos europeos, parece para muchos un primer paso para fomentar el desarrollo rural impulsando proyectos que sirvan de motor a la economía.

Mientras llegan esos proyectos, los colectivos siguen trabajando para que no se pierda la riqueza del campo, promocionándolo en citas como la que se está celebrando estos días en el Paseo de la Estación y junto al Palacio de Altamira.

«Ya es una cita obligada», decía Sonia Martínez, que visitaba ayer la Fireta con su familia, y que aprovechaba para refrescarse con zumo de Granada Mollar de Elche recién exprimido. Esta ilicitana reconocía que «es una forma de enseñar a nuestros hijos el trabajo que se realiza en el campo, y que vean que en Elche se producen los productos que después tenemos en casa».

La feria no sólo se compone de las carpas en las que se presentan los productos y servicios del campo. También son importantes las actividades que dan un carácter didáctico a la cita. En el primer día se realizaron catas de bebidas espirituosas, se presentaron las comisiones de fiestas del Camp d'Elx, además de llevarse a cabo un taller de elaboración de palma blanca y otro de macramé.

Todo ello con un mismo objetivo, apuntaron desde la organización,como es el de impulsar la economía ilicitana, hacer visible y cercano el mundo rural, además de dar a conocer las inmensas posibilidades en gastronomía, emprendimiento, turismo, agricultura y la calidad de vida que ofrece el Camp d' Elx.