Colchones, mantas, ropa, bolsas de comida, pero, sobre todo, una gran infinidad de restos de basura acumulados entre los rincones del Hort del Gat salían ayer a la luz mientras una máquina demolía la estructura de una de las naves situadas junto a la piscina. Al mismo tiempo, aparecía alguna que otra jeringuilla entre todos los desperdicios que, poco a poco, se perdían de vista entre todos los escombros. Un equipo protegido con indumentaria especial también intervenía al mediodía para retirar el amianto de un techo de uralita.

El Ayuntamiento ha enviado al Hort del Gat, antigua sede de la Estación Phoenix, una pala excavadora para tirar abajo los cobertizos que en su día sirvieron para guardar material y que ahora están considerados por el tripartito como uno de los principales focos de vandalismo. En este sentido, personas que acostumbran a pasear por este lugar criticaron ayer «la desidia de políticos y funcionarios, que es lo que ha acabado abocando las instalaciones a la situación de abandono actual», señalaron literalmente.

Ahora la maquinaria ha tomado estas instalaciones y ya ha derribado varias casetas, además de un palomar tradicional, que ya no tenían utilidad y que se utilizaban como refugio de gente sin hogar. De hecho, en estos días hasta una decena de personas que acostumbraba a pasar la noche en ese enclave salían por su propio pie con algunas de sus pertenencias, tal y como apuntaron ayer algunas de las personas que frecuentan la zona del Hort del Gat.

Sin embargo, el principal problema en los últimos años han sido sucesivos los destrozos causados por gamberros en esculturas y el mobiliario de los exteriores de este inmueble proyectado para ser el centro neurálgico de investigación de las palmeras y que fue cerrado durante el mandato del PP. Desde entonces, el recinto situado en pleno Palmeral histórico ha ido a la deriva, al estar abierto todo el día, sin que apenas tenga actividad ni vigilancia. A ello hay que sumar los numerosos incendios registrados en las naves que todavía albergaban maquinaria de la antigua estación, además de otro fuego registrado en uno de los sótanos de la depuradora.

Con estos antecedentes sobre la mesa, el concejal de Mantenimiento, Héctor Díez, atribuyó los derribos a «cuestiones de seguridad» para prevenir más actos vandálicos e incidentes. Además de las demoliciones, el Ejecutivo local realizará una limpieza y un vallado de la piscina para evitarse más problemas.

En total, el Ayuntamiento ha destinado 15.000 euros para los derribos. Una medida provisional a la espera todavía de que el Ayuntamiento tome una decisión sobre la reutilización de este inmueble emblemático, con la que, además, se podría prevenir el deterioro a marchas forzadas que sufre el edificio y su entorno, donde también se halló uno de los mayores focos de picudo rojo. La búsqueda de financiación para rehabilitar estas dependencias municipales es ahora una de las asignaturas pendientes del Ejecutivo local.