Firmes con la hostelería. La reordenación de las terrazas se ha convertido en uno de los desafíos del Ayuntamiento en este último año, marcado, además, por el crecimiento de negocios que piden sacar las mesas y sillas a la vía pública. En mitad de la batalla para solucionar los conflictos de convivencia entre hosteleros y vecinos, y dejar atado los planes de emergencia en diferentes puntos de la ciudad, la Concejalía de Aperturas ha decidido aumentar a partir de este mes los controles periódicos en los establecimientos. Tras un periodo estival más o menos de tregua y de adaptación, el Ayuntamiento va a redoblar la vigilancia en los locales para asegurarse de que todos los hosteleros cumplen con lo que tienen autorizado. Especial vigilancia tendrán los toldos anclados, el número de mesas y sillas instalados y las estufas, sobre todo, ahora de cara al invierno. Con estos elementos son los que el Ayuntamiento ha detectado un mayor número de irregularidades en las terrazas ilicitanas.

«La seguridad es ya innegociable. Los locales tienen que cumplir con el mobiliario y las directrices que tienen autorizadas. Lo que no puede ser es que si una ambulancia tiene que entrar en una calle tarde más en sortear los obstáculos que en llegar a hasta ese punto», apunta el concejal de Aperturas, Carlos Sánchez.

El hecho de que haya instalaciones para dar sombra ancladas al suelo sin permiso preocupa al tripartito también por el hecho de las dificultades de que pasen los servicios de emergencia en caso de accidente. Lo mismo ocurre con las terrazas que tienen luz verde para estufas de butano y optan por colocar las eléctricas. También se dan casos de aparatos electrónicos con el cableado suelto, señalaron desde Aperturas.

Con estos problemas encima de la mesa, el Ayuntamiento se pondrá serio y directamente levantará actas a partir de este mes a aquellos hosteleros que tengan instalaciones que no cuentan con la autorización municipal. El argumento del tripartito es la necesidad de cumplir con los planes de emergencia y de evacuación, para evitar problemas a la hora de intervenir en caso de accidente.

Este mismo verano, la polémica con las terrazas volvía a encenderse ante las dificultades que tuvo una ambulancia para llegar hasta un herido que se había caído de una escalera cuando trabajaba en un cartel luminoso de la calle Hospital, una vía repleta de mesas y sillas. Algo similar ocurrió la pasada primavera en la plaza de l'Algeps. Con estos antecedentes, el Ejecutivo quiere dar prioridad a un conflicto con el que lleva tratando de lidiar desde hace meses.

Desacuerdos

Mientras tanto, empresarios del sector se han rebelado ya en varias ocasiones contra el tripartito al no entender sus exigencias y al considerar que no se aplican las restricciones en todos los barrios y plazas por igual. Unos lamentan haber hecho inversiones en toldos o en veladores que tendrán que suprimir. Otros critican que perderán mesas y sillas al tener que dejar espacios libres en las aceras para facilitar el paso de los peatones o por la creación de vías de evacuación. También hay quienes echan en falta más diálogo con el Consistorio.

Frente a ello, el Ejecutivo local defiende que cada punto de la vía pública tiene unas características urbanas y una superficie, por lo que las medidas son específicas en cada espacio. Antes del verano ya comenzaron a adaptarse a las exigencias municipales negocios de la plaza de la Merced y Eres de Santa Llúcia, donde los hosteleros tuvieron que ceñirse al número de mesas y sillas que tenían autorizadas y no sobrepasarlo.

En la calle Hospital, el Ayuntamiento también tenía prevista una reubicación de las terrazas y colocar las instalaciones en el centro de la vía, para evitar que los transeúntes realizaran un zig-zag para pasar por la zona. Sin embargo, Aperturas tuvo que dar marcha atrás y reubicar solo un establecimiento al carecer de espacio suficiente para implantar esa medida. Ahora, la siguiente piedra en el camino en la que el Ayuntamiento está tratando de resolver es la de la plaza de l'Algeps, después de que los hosteleros presentaran alegaciones.

Con este panorama, el tripartito también va a poner el foco a partir de este mes en aquellos negocios de hostelería que adeuden el pago de las tasas municipales. De aquí a final de año, el edil de Aperturas volverá a sentarse con las asociaciones del sector para presentarles su propuesta de modificación de la ordenanza de Actividades Económicas, que tendrá que recoger todos estos nuevos requerimientos relacionados con los planes de evacuación y seguridad. La intención del equipo de gobierno es que a lo largo de 2018 se pueda dar luz verde a la normativa municipal.