Elche acoge desde hace poco tiempo el que está considerado el cuarto cementerio de animales legalmente establecido en España, después del que se abrió en 1987 en Madrid seguidos por los de Tarragona y València. Así al menos lo asegura Pedro Punzano Escobar, quien apunta que es el impulsor del primer camposanto para mascotas en la provincia. Según indica, existen más en el territorio nacional, pero que no están para nada legalizados. «Son crematorios más bien», añade.

Ubicado en la carretera que une Elche y El Altet, este recinto abrió hace unos meses en la partida de Torrellano Bajo, en pleno Camp d'Elx y cerca del aeropuerto de Alicante-Elche. Ya descansan aquí cerca de una decena de animales entre perros y gatos, asegura su responsable.

«Nos pusieron muchas pegas administrativas, pero por fin lo conseguimos. Llevo como tres años con este proyecto solicitando permisos: desde la Conselleria de Medio Ambiente hasta Sanidad, pasando también por Aviación Civil», dada la relativa cercanía a la estación aeroportuaria, relata este ilicitano, quien asegura que la iniciativa le ha permitido, además, crear hasta tres puestos de trabajo en los tiempos que corren.

La cuestión es que este cementerio de mascotas cuenta con 720 nichos, localizados en bloques construidos hasta 1,80 metros de alto. Y eso es solo la primera fase, ya que podría crecer en número si así se estimara oportuno.

De hecho, el recinto cuenta con unos 11.000 metros cuadrados, y dispone de espacios ajardinados, un pequeño estanque y un amplio aparcamiento para vehículos, además de proporcionar un ambiente de tranquilidad, según se afirma.

«Nuestro deseo es proporcionar a las familias la posibilidad de dar un lugar de descanso digno y especial a nuestros fieles amigos, a aquellos que en vida aportaron tanto a nuestras familias», indican desde este camposanto, que ha transformado esta zona que era un bancal en una oportunidad de negocio donde hasta los animales difuntos pueden tener su propia lápida.

Aquí se entierra, o se pueden depositar las cenizas, todos los días, aunque el horario de visitas está comprendido entre el martes y el sábado de 9 a 13 horas. Eso sí, animales de gran tamaño, como podría ser un caballo, no pueden ser admitidos por cuestiones legales. De momento reposan aquí distintas mascotas de distintos puntos de la provincia, pero también uno de Murcia.

Pedro rememora cómo surgió crear un espacio para estar con eses seres queridos que pasan a ser de pleno derecho uno más de la familia: «Hace cuatro años iba a enterrar a mi mascota en una propiedad, en un chalé, hasta que me enteré de que la ley lo prohíbe e incluso puede caerte una sanción de hasta 3.000 euros».