El investigador ilicitano Francis Mojica se ha quedado a las puertas del Premio Nobel de Medicina. Tras esta noticia, el alcalde de Elche, Carlos González, ha tenido unas palabras del elogio hacia el investigador ilicitano: "Para nuestra ciudad es un orgullo que un ilicitano sea un firme candidato al Nobel de Medicina. Nos sentimos profundamente orgullosos de Francis Mojica por su valiosa contribución a la ciencia. Sus descubrimientos son fundamentales para curar enfermedades hasta ahora incurables. Mojica simboliza los valores de esta ciudad: humildad, esfuerzo, constancia y determinación. Por ello, estoy convencido de que, más pronto que tarde, alcanzará el reconocimiento científico que merece".

Desde que Mojica fuera olvidado en los Premios Princesa de Asturias de 2015, cuando el jurado decidió conceder el premio de investigación a las científicas Jennifer Doudna y Emmanuel Charpentier, que había desarrollado su técnica CRISPR, el investigador ilicitano ha obtenido un buen número de galardones de indudable prestigio como el premio Jaime I de Investigación Básica, el de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento (categoría de Biomedicina) o el de la Fundación Lilly. Además, este año 2017, Mojica se ha convertido en el primer científico español en lograr el Premio Albany (el más prestigioso galardón de medicina de los Estados Unidos) y pocas semanas antes recogía en Londres el premio Plus Alliance a la Innovación Global, uno de los más valorados también del ámbito científico. El periódico INFORMACIÓN le concedió el pasado año el premio IMPORTANTE.

Este año la dotación económica de los premios ha aumentado más de un 12 %, tras permanecer invariable desde 2012. Los ganadores en cada una de las seis categorías recibirán 9 millones de coronas suecas (943.784 euros), a repartir en caso de que haya más de un galardonado.

El Premio Nobel de Medicina 2017 ha sido finalmente para los estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young. Recibirán el galardón por sus "descubrimientos de los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano", anunció hoy la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo.

Los galardonados han explicado "cómo plantas, animales y humanos han adaptado su ritmo biológico" para "sincronizarlo con las rotaciones de la Tierra", lo que se entiende como el "reloj biológico", y que se aplica tanto al "jet lag" que producen los viajes transatlánticos como la función clorofílica de las plantas.

Este reloj adapta nuestra fisiología de forma "drástica" a las distintas fases del día, al denominado ciclo circadiano, regulando desde la conducta a los niveles hormonales, la temperatura corporal o el metabolismo, explicó el jurado en su fallo.