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Antonio Resines: «Con un cáncer y tantos accidentes, es un milagro que siga estando vivo»

El actor presenta hoy en Elche sus memorias, Pa'habernos matao (Memorias de un calvo)

Antonio Resines: «Con un cáncer y tantos accidentes, es un milagro que siga estando vivo»

¿De dónde surgió la idea de escribir su propia biografía?

Es algo que no se me había ocurrido en la vida. Me pareció razonable hacer un recorrido por mi vida a través de las películas, ya que he participado en más de cien. Hicimos una primera prueba para ver qué tal se nos daba contar mi historia. Le gustó a la editorial y ya nos liamos la manta a la cabeza. He quedado contento con el resultado final.

Después de tantos rodajes, ¿se acordaba de todo?

Utilizamos un truco que nos puede servir para un documental posterior, que fue el de entrevistar a gente del cine para que opinara sobre la época que vivimos juntos, personas como Fernando Trueba, Verónica Forqué, Carlos Boyero, Fernando Colomo, Carmen Maura? También hablamos con amigos y, de todo ese puzle, extrajimos la información. Yo me acordaba de pocas cosas, pero hay gente que tiene una memoria prodigiosa.

¿Por qué eligió el título de Pa'habernos matao (Memorias de un calvo)

Lo de calvo es evidente, aunque agradezco que se piense en mí como alguien que tiene pelo. Y lo de Pa'habernos matao es porque me he podido matar bastantes veces, tanto físicamente como laboralmente. Arrancamos muy bien con la película Ópera prima y luego era muy difícil mantener el nivel.

Y en su vida, ¿cuándo ha estado cerca de la muerte?

Mi vida ha peligrado desde que era un niño hasta hace dos años, cuando me detectaron un cáncer. Me he roto todos los huesos posibles y he estado ingresado bastantes veces.

¿Cómo afrontó el cáncer?

Para mí no fue una experiencia dura, tuve una suerte tremenda. Me lo pusieron fácil y no recibí radioterapia ni quimioterapia, ni antes ni después. Con las revisiones parece que está controlado, aunque uno siempre es enfermo de cáncer. Lo que me acojonó es que también me encontraron una angina de pecho, porque, si se para el corazón, te vas a tomar por saco. Me operaron y aquí sigo, como cuando me reventé la pierna en Italia. He tenido accidentes de todo tipo, menos de avión. Así que, entre eso, y el cáncer, es un milagro que esté vivo.

¿Qué se le pasa por la cabeza cuando recuerda que ha participado en más de cien películas y en tantas series españolas?

Me quedo impresionado, he tenido una vida profesional agradecida. Lo mejor al repasar mi trayectoria desde 1979 hasta aquí es que, en ella, se puede reconocer una parte de la historia de España que es muy importante. Eso es lo que me pedía la editorial, una especie de «el mundo según Resines» mezclado con un repaso de mi vida a través de anécdotas e imágenes.

¿Cómo es su presente dentro del cine que se hace en España?

Mi presente es espléndido. La semana que viene voy a iniciar el rodaje de una nueva película, dirigida por Gracia Querejeta y con guión de Luis Marías, Ola de crímenes. En el reparto me acompañan actores como Maribel Verdú, Paula Echevarría, Juana Acosta, Raúl Arévalo o Raúl Peña. También estoy participando en la nueva película de Emilio Martínez-Lázaro, Miamor perdido, junto a Dani Rovira y Michelle Jenner. Con esto estaré ocupado hasta Navidad. Y para la próxima temporada me dedicaré al teatro con la obra El funeral de Manuel Velasco, junto a Concha Velasco.

¿Cuál es la valoración de su etapa como presidente de la Academia del Cine?

Estuvo bien, pero también fue duro. Me fui porque no coincidíamos en los puntos de vista y no estaba a gusto. Tenía bastantes ideas para un mandato de cuatro años. El problema es que sólo estuve uno como presidente. Pude poner en marcha varios proyectos que luego se han aprovechado por la Academia.

Se espera una bajada hasta el 10% del IVA del cine para el próximo año, ¿qué le parece?

De momento no hay nada. Si lo bajan, será cojonudo. El daño ya nos lo han hecho durante cinco años. Han sido duros y lo han notado la mayoría de los proyectos. Uno de los problemas ha sido su repercusión en el precio de las entradas. Subirnos trece puntos de golpe fue una barbaridad y ha evitado que fluyera la industria. El dinero que no ha ido al cine se lo ha quedado Hacienda. La unión de las entradas caras con la pésima gestión política del pirateo ha hecho mucho daño.

Esta semana es inevitable hablar sobre Cataluña...

No quiero hablar mucho. Sólo puedo decir que las leyes están para cumplirlas y que, al que no le gusten, no puede saltárselas. Hay otros procedimientos para cambiar la situación.

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