Han pasado cinco meses desde que falleciera Antonio Cano, y su familia reclama al Ayuntamiento de Elche un nicho definitivo para acabar con el duelo, y que los restos de su familiar puedan descansar en paz. Como Antonio, en el Cementerio Nuevo hay otros fallecidos, nueve en total, a los que en su momento no se les pudo dar un emplazamiento definitivo en el camposanto por la falta de espacios.

Esta situación generó una gran polémica en la ciudad, ya que no se entendía cómo había fallado la previsión, y no se habían ampliado con más rapidez las dotaciones del Cementerio Nuevo.

Las máquinas se pusieron a trabajar de inmediato y, a la vez que se terminaba la construcción de nuevos nichos, desde el Ayuntamiento se proyectó la construcción de más instalaciones, para que lo que había pasado no volviese a suceder, y poder atender la demanda. Concretamente, en mayo se finalizó la construcción de 72 nichos, a la vez que se proyectaba la construcción de otros 215 espacios.

Los nuevos nichos se hicieron, y muchos de ellos ya han sido ocupados. Sin embargo, los fallecidos que tuvieron que ser enterrados en nichos provisionales siguen a día de hoy en esa situación, en la provisionalidad, a pesar del interés de sus familias en que pasen a ocupar un lugar definitivo.

«Han pasado cinco meses desde que falleció mi padre y nadie nos dice nada. Hemos ido a preguntar varias veces cuándo lo podremos pasar a su nicho, para poner su lápida y acabar con el duelo, pero no tenemos respuesta», explicaba ayer Helia Cano, hija de uno de los fallecidos que permanece en un nicho provisional desde el pasado mes de abril.

Cuando falleció el padre de Helia, en el cementerio había nichos recién construidos, pero desde el Ayuntamiento reconocían tener problemas para poder ocuparlos. No obstante, el edil de Cementerios, Héctor Díez, incidía ayer en que «el traslado de los difuntos que se enterraron en un nicho provisional será en breve».

Desde el Ayuntamiento apuntaron que los traslados se han retrasado, ya que los servicios técnicos desaconsejaron realizarlos durante los meses de verano, por lo que será en octubre, según la nueva previsión municipal, cuando se lleven a cabo, y las familias puedan colocar las lápidas en el lugar correspondiente.

En Elche fallecen cada año unas 1.500 personas, pero sólo un 30% reclama nichos nuevos. Muchas familias optan por enterrar a sus difuntos en otras localidades, mientras que otras cuentan con lápidas en propiedad. También están las personas que se decantan por la incineración.