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La brecha del PP se cuela en el pleno

Alonso saca pecho de su papel como portavoz en el debate plenario 3 días después de que un informe tumbara la reorganización del grupo

La brecha del PP se cuela en el pleno

«No hay ninguna lucha ni ninguna guerra interna en el Partido Popular. La única guerra es la de mayo de 2019». Así de claro lo intentó dejar ayer el presidente del PP, Pablo Ruz, en el salón de plenos. Un mensaje lanzado a todos, tanto a su grupo, como al resto de la Corporación municipal, que, sin embargo, acabó evidenciando que las heridas todavía están sin cerrar en el principal partido de la oposición. También sirvió para dejar entrever, una vez más, su deseo de presentarse a la Alcaldía en los próximos comicios electorales.

La bancada del Partido Popular se convirtió, así, ayer en el centro de las miradas durante el primer pleno municipal del curso político, cuyo debate volvió a estar concentrado en el turno de mociones de los grupos. Más allá del cruce de réplicas y contrarréplicas entre el tripartito y la oposición por los impuestos municipales, el foco de atención estuvo en el PP. Tanto por los dardos que desde algunos partidos lanzaron a los populares, como por las escenas que protagonizaron sus dos sectores.

Hace solo tres días, salía a la luz el informe jurídico del secretario del Ayuntamiento que daba la razón a Mercedes Alonso y confirmaba que tenía que seguir al frente del grupo municipal hasta que haya un escrito con la firma de todos los ediles. Para la exalcaldesa y su círculo fue un triunfo viviendo de donde venían, pero para los de Pablo Ruz fue recibido como un auténtico varapalo al no poder hacerse con el control del grupo, tal y como querían tras el contundente resultado de la asamblea en la que el que fuera el delfín de Alonso salió presidente del partido. Con esos ánimos llegaban ayer al debate plenario.

Aunque la idea era dar por cerrada esa división interna para evitar desgastarse más ante la opinión pública y tratar de dar una imagen lo más parecida a la unidad, a lo largo del pleno, los dos sectores escenificaron un duelo por el protagonismo en el grupo. Cada uno reivindicó a su manera, y dentro de sus posibilidades, el papel que ocupan dentro del PP desde su sillón en el salón de plenos.

Empezando por la intervención de la exalcaldesa, que defendió una moción contra la tasa turística, que salió adelante con los votos en contra de Compromís. Intervenía en una sesión después de que en las de los últimos meses fuera el portavoz adjunto, Vicente Granero, el que se había venido encargado de este cometido. Trataba de demostrar así quién es la que, por ahora, es el rostro visible del PP en el Ayuntamiento.

Tras dejar a Alonso cumplir con su papel, su número dos también pidió el turno de palabra en varias ocasiones.

No obstante, el presidente del PP no quiso perder la oportunidad de reivindicarse. Ya al final, en el turno de ruegos y preguntas, Ruz pidió explicaciones sobre el pago de las horas extra para el mitin de Susana Díez celebrado en Elche. Y en este instante fue cuando quiso cerrar ante la opinión pública y el resto de partidos el capítulo de la guerra interna de su partido. Sin embargo, para muchos su mensaje sirvió para todo lo contrario: para reflejar una vez más ese cisma abierto entre los concejales de su grupo.

También despertó la atención el desembarco de populares en el pleno. Empezando por la exdiputada Elena Bonet, más próxima a Ruz que a Alonso, por cuestiones obvias. Junto a ella, también estaban el número 2 del PP local y secretario general, José Navarro; o el diputado autonómico del PP Juan de Dios Navarro.

Polémica con Torrellano

A la portavoz de Compromís, Mireia Mollà, también le sacaron los colores ayer en el pleno municipal. Dos familias de Torrellano recriminaron a la concejal su falta de interés por conocer la situación de sus hijos, que denunciaron haber sufrido acoso escolar en el colegio La Paz. Todo ello después de una asamblea a la que asistió la edil como invitada en la que, según indicaron, se descalificó a las familias. Frente a ello, Mireia Mollà mostró su respeto a los afectados y alegó que desconocía la identidad de los menores y el trasfondo del conflicto. La portavoz de Compromís defendió que en ningún momento se posicionó en contra o a favor de nadie.

Más allá del debate político, el pleno municipal dio luz verde ayer a diferentes mociones presentadas por los distintos grupos políticos. Como ejemplo, salieron adelante las de Ciudadanos que pidieron la ampliación de los puntos de recarga de coches eléctricos y la instalación de desfibriladores semiautomáticos en los vehículos de la Policía Local. También fueron aprobadas las mociones de Compromís y PSOE a favor de las pensiones y contra la bajada de salarios.

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