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La portavocía desgasta al PP

El informe del secretario confirma que Mercedes Alonso tiene que seguir al frente del grupo municipal hasta que haya unanimidad

La portavocía desgasta al PP

Pablo Ruz no sólo se impuso a Mercedes Alonso en julio, sino que lo hizo por la mayoría aplastante que le daban los 870 votos que había logrado frente a los 420 de su otrora mentora. Lo conseguía, además, en la primera asamblea que se celebraba en Elche en 25 años sin ningún tipo de sobresalto. Se había logrado lo más complicado. Por eso, su núcleo duro estaba convencido de que la portavocía del grupo municipal, viniendo de donde venían, era poco menos que un juego de niños. Erraron el tiro. Así lo confirmó el informe del secretario municipal que pasó ayer por la junta de gobierno: que Mercedes Alonso debe seguir siendo la jefa de filas del grupo municipal del PP. Que el sector ruzista tenga cinco concejales frente a los cuatro alonsistas vale de poco. El escrito debe estar firmado por los nueve ediles.

Sin embargo, el principal error de cálculo quizás fue no haber tenido en cuenta que el enfrentamiento público por ver quién debía quedarse con la portavocía y los sueldos de los concejales liberados acabaría desgastando una marca, no tanto la del PP en Elche como la de Pablo Ruz, que desde julio cotizaba al alza. Para muchos ha sido simple y llanamente producto de la precipitación y de la inconsciencia por haber dado por muerta, políticamente hablando, a Mercedes Alonso, y más cuando el PP está en minoría en la Diputación y su apoyo es imprescindible en estos momentos.

Su victoria en la asamblea, apelando a la unidad y a la renovación, y hasta pidiendo perdón por los errores cometidos en los últimos tiempos, hizo que, aunque las elecciones municipales aún estaban a dos años vista, muchos dieran ya por amortizado al tripartito y vieran en Ruz al futuro alcalde. Sin embargo, los pasos dados en las últimas semanas han contribuido a pinchar la burbuja. Primero fue la renovación lo que se puso en duda, cuando buena parte del séquito del flamante presidente local del PP se vio que estaba formado por los que en su día integraban la corte de Mercedes Alonso.

Ahora ha sido la unidad, y ahí el golpe ha sido más fuerte. La guerra abierta públicamente por la portavocía, mientras el tripartito, por acción o por omisión, azuzaba la hoguera, ha sido decisiva. Se habrá integrado a todas las sensibilidades del partido en el comité ejecutivo, pero eso en la calle da igual. Ven todo esto como la guerra cainita que tradicionalmente ha sacudido al PP en Elche y, sobre todo, como una guerra por hacerse con un sueldo. No ayuda que Pablo Ruz haya pedido una reducción de jornada en su puesto de trabajo. Y menos ayuda que Alonso haya proclamado a los cuatro de vientos que esto, en última instancia, es un quítate tú para ponerme yo y así conseguir una nómina.

La situación es tal que ni Pablo Ruz ni su guardia pretoriana querían hacer ayer declaración alguna sobre el contenido del informe. A falta de que se hiciera oficial, en los círculos políticos, incluso en el entorno ruzista, ya se daba por hecho desde hace días que el veredicto del secretario municipal iría por donde fue. La convicción de que el pulso en esta ocasión estaba perdido, pero también de que la ola que había aupado a Pablo Ruz estaba bajando, no en vano, ha hecho cambiar la estrategia en los últimos días. Al principio, parte de su entorno más cercano estaba convencido de que había que amarrar la portavocía sí o sí, llegando incluso a los tribunales si era necesario. Al final, visto lo visto, y salvo que se cambie el paso en los próximos días, se ha impuesto la tesis de sus allegados más moderados: nada de judicializar el tema y se logre lo que se logre debe ser por la vía política, pero sin renunciar aún a la portavocía, como escaparate para allanar el camino de cara a 2019. Recurrir a los tribunales sería hacerle el juego a Alonso y exponerse a una sangría de apoyos, comenta sotto voce y en privado alguno de los que integran su núcleo duro. Mientras tanto, tripartito y oposición se frotan las manos. Todos creen que pueden sacar rédito si la guerra del PP sube de intensidad. De paso, la brecha abierta en el PSOE entre el sector de Carlos González y Alejandro Soler, o las disidencias internas en Compromís pasan a un segundo plano. De momento, el equipo de gobierno ha cumplido y ha presentado el informe antes del pleno del lunes, pero en el tiempo de descuento, en el último día hábil antes de la sesión. Falta por ver quién gana el pulso al final, pero, de momento, parece obvio que el desgaste del PP y de Pablo Ruz es bastante evidente.

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