Ya son siete los veranos que voluntarios de la Universidad Miguel Hernández se han desplazado hasta Ruanda para ayudar. El proyecto de cooperación al desarrollo Sede UMH en Ruanda se da por consolidado en la institución universitaria, que ve como el trabajo realizado empieza a dar sus frutos. Este verano se han desplazado hasta el país africano una veintena de estudiantes y personal de la Universidad.

«No soy la misma persona que se fue a Ruanda el pasado mes de julio», asegura la estudiante de Farmacia Rocío Martínez, que pasó un mes de sus vacaciones colaborando en el hospital y en la escuela de Secundaria de Memba, donde está la sede de la UMH en Ruanda. «Por la mañana dábamos charlas sobre higiene, nutrición y enfermedades a los familiares de los pacientes ingresados en el hospital, y por las tardes ofrecíamos clases de química en el colegio», recuerda Rocío. De hecho, el voluntariado que realiza la UMH en Memba se centra en el hospital y en el colegio. En ambos centros los miembros de la comunidad universitaria que participan en el programa ofrecen formación a sanitarios y profesores que trabajan allí. Además, se dan clases a los alumnos de la escuela.

El codirector de la Cátedra Sede en Ruanda de la UMH, Juan José Ballesta, explica que «ayudamos en las áreas en las que los profesionales de allí nos piden. Son ellos los que nos indican lo que necesitan».

Cursos de inglés o informática, charlas sobre avances sanitarios y tecnológicos, y sesiones sobre higiene y nutrición son sólo algunos ejemplos de las acciones que realizan los voluntarios en Ruanda. Y todo ello contribuye, como destaca Juan José Ballesta, a que las cosas vayan mejorando en la zona. «Este año me he dado cuenta durante mi estancia de que hay más casas con luz, lo que es un buen síntoma», señala.