La Policía Local de Elche detuvo ayer a un conductor de un camión de más de cinco toneladas tras dar positivo en las pruebas de cocaína y duplicar el tiempo máximo de conducción permitida, según reveló el tacógrafo, con una conducción de 20 horas sin el descanso obligatorio.

La normativa de Transportes recoge varios supuesto y una cierta flexibilidad, pero estipula claramente que la conducción máxima que se puede realizar es de nueve horas con periodos de descanso de 45 minutos cada cuatro horas y media de marcha. Tras ello el profesional debe tomar un descanso de once horas como mínimo hasta volver a sentarse al volante. Estos hechos levantaron sospechas entre los agentes, que inmediatamente sometieron al implicado a un test de drogas, ya que unos tiempos de conducción tan prolongados no son fáciles de explicar. El resultado confirmó el consumo reciente de cocaína y benzodiacepina, un psicotrópicorelajante.

Esto conlleva una multa de 4.000 euros por una infracción grave y la pérdida de 6 puntos en su permiso de conducción y 1.000 euros por conducir tras haber consumido drogas. La detección de drogas se está convirtiendo en una de las novedades que sorprende a muchos infractores en los controles de Policía Local debido a su relativa novedad, pese a que en Elche se está llevando a cabo de manera habitual, especialmente al sector del transporte de mercancías y viajeros.

Los delitos de seguridad vial se están convirtiendo en un hervidero en cuanto a penas de prisión se refiere. Las última reforma del Código Penal y el hecho de que la acumulación de sanciones conlleve penas más graves hace que muchos conductores reincidentes acaben pisando la cárcel, aunque sea tan solo durante unos meses. La detención producida a principios de semana es la prueba de cómo las infracciones en materia de conducción pueden salir caras. En esa ocasión, la detención fue fruto de la casualidad, ya que el infractor fue sorprendido por los agentes mientras trataba de huir de ellos, pero lo cierto es que la Policía Local de Elche ha puesto el foco en este tipo de delitos, especialmente en la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas.

De hecho, los agentes se han estado formando en los últimos meses para certificar ante el juzgado las pruebas de drogas, que requieren de una titulación especial, y se han incorporado nuevos alcoholímetros, más rápidos a la hora de ofrecer los resultados y más portable, con el fin de poder utilizarlo en mayores ámbitos.