Las fuertes lluvias de esta semana han dejado rastro en las playas ilicitanas, especialmente en Arenales del Sol, lo que deslucido ligeramente el fin de la temporada vacacional para muchos ilicitanos y turistas, cuando aún queda dos semanas de temporada. Como suele ser habitual, el fuerte oleaje que acompaña a las lluvias y los torrentes que arrastran las aguas desde la urbanización a las playas, han ocasionado algunos desperfectos que aún ayer eran visibles a pie de litoral. Grandes charcos que permanecen aún en las playas, zonas donde la arena ha desaparecido creando socavones, o zonas donde la piedra se ha abierto paso al retirarse la arena eran la estampa durante la jornada de ayer, junto a pasarelas ligeramente levantadas o lavapiés recolocados como se ha podido tras las lluvias. Los desperfectos se notan, sobre todo, en la zona donde se instala el puesto de salvamento en Arenales de Sol, a escasos metros del hotel.

Allí, todavía no se ha recuperado la zona de los temporales de este invierno, por lo que cada episodio de lluvias como el de esta semana no hace más que acrecentar el problema. A estas alturas, toda una acera sigue derribada a consecuencia del oleaje, sin que se haya reparado este verano, por lo que un vallado desluce la imagen del litoral en este punto. Además, la arena ha desaparecido por completo justo en la zona dond ese encuentra la casa de salvamento, y parte del vallado de hormigón de un edificio cercano se encuentra suspendido en el aire al haber cedido el firmen en una de sus esquinas.

Unos desperfectos que requerirán de mucho más que una pequeña puesta apunto, y que se repararán en unos meses. Sin embargo, el avance del mar es el gran problema con difícil solución al que habrá que hacer frente en estos puntos. Una batalla contra la naturaleza que, a priori, los propietarios de estas edificaciones tienen todas las de perder pues, con cada temporal, el mar se adentrará en la playa y los desperfectos volverán a resurgir.

Las ruinas del hotel son otro de los problemas que «esperamos que esté resuelto en breve, ya que nos lo hemos comido todo el verano», señaló una vecina.