Malos tiempos para la pinada de La Marina, un paraje natural muy concurrido durante todo el año, pero especialmente en esta época. La maleza se extiende por una buena parte de los rincones de este territorio, cuyo mantenimiento depende del Consell, y las ramas secas de las palmeras se amontonan a la espera de ser retiradas. Junto a este panorama, los pinos muertos han comenzado a extenderse.

El problema no es nuevo. Viene de lejos. Sin embargo, los vecinos de la pedanía y los veraneantes que frecuentan la zona han advertido cómo este entorno se degrada por momentos. No solo los restos de poda amenazan la pinada, sino que también la basura acumulada durante todo el año castiga el enclave y eleva el riesgo de incendio en los puntos más degradados.

Vecinos de la partida rural lamentan que la Generalitat solo actúa en la zona cuando los pinos están muertos y solo lo hacen para talaros. «No vienen a cuidarlos cuando están enfermos, ni siquiera a podarlos o a tratarlos. Si no hay replantaciones nuevas, el futuro está claro: desaparecerá», señalan desde la Asociación de Vecinos Pinomar. A esta falta de atención, denunciada por diferentes colectivos vecinales e incluso por formaciones políticas del Ayuntamiento ilicitano, se suma otro problema. Los residentes de la zona lamentan que la pinada carece de un plan de emergencia en caso de incendio y que no tiene caminos de acceso por el interior y el exterior, lo que dificulta la entrada de los camiones de bomberos, que solo pueden acceder por el camino de titularidad municipal.

Conscientes de que las competencias para adecentar la pinada de La Marina dependen del Consell, los vecinos critican la dejadez tanto de la Administración autonómica como de la local en este entorno, que consideran que se encuentra en «tierra de nadie».

Este mismo verano, a nivel particular y de forma voluntaria, una treintena de personas recogieron 400 kilos de residuos y enseres como colchones, piezas de vehículos, sombrillas de playa, papeles y cristales, en una actividad organizada por el Partido de Elche. Una iniciativa con la que el grupo integrado en el Ejecutivo local ponía de manifiesto la necesidad de un mayor cuidado y mantenimiento de este paraje natural de gran valor ecológico.

Futuro

El terreno está a la espera de que la Generalitat redacte un proyecto para acondicionar la pinada, tal y como ayer puntualizó el concejal de Medio Ambiente, Antonio García. Sin embargo, las fechas para ver cuándo se hará realidad el plan de limpieza y de retirada de pinos muertos es una incógnita también para el propio Ayuntamiento. El edil del área confía en que el Consell no debe tardar demasiado en poner en marcha la actuación. Sin embargo, también reconoció que la pinada debería tener una mayor atención para frenar esa degradación continuada. Por el momento, habrá que esperar a que el Consell fije en el calendario una nueva intervención, después de un largo tiempo sin ver a los técnicos por la zona.

Esta misma semana, el espacio natural también estuvo en boca de Compromís. Los de Mireia Mollà arrancaron el curso político con deberes para mejorar la situación de la pinada. Entre sus exigencias a sus socios de Gobierno para definir la futura contrata de limpieza, que llegará a partir de 2019, destacó la necesidad de que la empresa que se haga con la concesión se ocupe también de adecentar, al menos una vez al año, el paraje.

Y es que, hasta ahora, esa área está en manos de la Generalitat y el Ayuntamiento se escuda en que no tiene potestad para intervenir, aunque en alguna ocasión sí que se ha encargado de instar a la Administración autonómica a una limpieza en profundidad. Mientras tanto, la pinada no pasa por su mejor momento a la espera de una solución para su futuro.