Los socorristas de Ambumar SyA, la concesionaria del servicio en Elche, han realizado, en lo que va de verano, más de mil intervenciones relacionadas con picadura, en su gran mayoría de medusas y peces, pero también de insectos, y, en menor medida, de pinchos erizos. Esto supone que, de media, se han registrado una veintena de picaduras cada día en las playas ilicitanas. Unas cifras nada despreciables que, sin embargo, fuentes de la empresa apuntan a que se trata de algo habitual. sin grandes diferencias con respecto a otros años, aseguran los trabajadores.

Una muestra de que los socorristas están para mucho más que realizar rescates de bañistas a pie de playa. De hecho, de las 1.300 intervenciones que se han realizado en lo que va de verano, solo cerca de 40 han sido relacionadas con rescates. Por detrás de las picaduras, las heridas han supuesto el otro gran bloque de atenciones, con cerca de 230 casos en todo el verano. Aquí entran en juego los pequeños accidentes jugando en la arena, cortes, y daños originados, frecuentemente n manos, piernas y pies, en playas con presencia de rocas, como puede ser El Altet o El Carabassí,con las que tropiezan muchos bañistas sin darse cuenta.

Los diferentes puestos de socorro con los que cuentan las playas han recibido la visita de bañistas durante todo el verano, prácticamente todo el día. Buena prueba del número de asistencias realizadas fue ayer mismo, que pese a ondear la bandera roja en todas las playas, este diario pudo comprobar cómo en un breve espacio de tiempo, las atenciones por picaduras eran una constante durante toda la mañana.

Los socorristas recomiendan acudir de inmediato a los puntos de atención sanitarias para tratar de erradicar lo antes posible las consecuencias de las picaduras. «Hay mucho mito, como lo de lavar con agua de mar e incluso hemos llegado a escuchar que la orina calma el dolor. Nada más lejos de la realidad. Si se lava, que sea con agua dulce, y, lo más importante, proteger del sol una vez se ha lavado y curado la herida», aseguran los profesionales a pie de playa.

Los niños se llevan una buena parte de las atenciones, ya que «tienen menos ojos que los adultos a la hora de ver medusas, excavar en la arena y encontrar erizos, o sufren heridas jugando», pero lo cierto es que los animales marinos no realizan ningún tipo de distinción a la hora de «atacar». La presencia de medusas y peces ha sido la habitual en época estival, y no ha habido que izar la bandera roja por plagas de medusas ni por otras circunstancias que no sean las corrientes marinas.

El número de rescates también ha sido especialmente bajo comparados con otras playas del litoral de la provincia. Los días más conflictivos son los de bandera roja, cuando los bañistas interponen aliviar el calor a su propia seguridad. Aun así, no se han producido graves incidentes, ya que la presencia policial también ha servido para que los bañistas respeten las banderas.

El resto de atenciones registradas se reparten entre ataques de epilepsia, que ha requerido una treintena de atenciones, y casos muy puntuales de contusiones, esguinces o luxaciones, quemaduras, tanto solares como de fuego o golpes de calor, si bien todas ellas se cuentan, individualmente, con los dedos de una mano.

Por lo general, los trabajadores del servicio apuntan a que ha sido un verano muy tranquilo en el que no ha habido que lamentar graves daños personales, y cruzan los dedos para que estos datos se mantengan en las dos semanas que quedan de servicio de salvamento en las playas ilicitanas. Para evitar cualquier incidente, añaden que «la precaución es el mejor remedio», por lo que invitan a los bañistas a extremar las precauciones para poder disfrutar con seguridad y sin incidentes de un día de playa. Para cualquier problema, los socorristas estarán en las playas hasta el 17 de septiembre.