Diez años después de que el Museo Paleontológico de Elche (MUPE) se convirtiera en el depositario temporal de los fósiles del Spinophorosaurus nigerensis, sus paleontólogos han podido identificar un nuevo hueso, que hasta la fecha se creía que era una costilla y que, en realidad, resulta ser una interclavícula, lo que equivale a las piezas óseas que forman los hombros en los seres humanos. Este descubrimiento permitirá, por primera vez, reconstruir con fidelidad la cintura escapular del animal.

«Es una pieza más en el puzle del dinosaurio», explica la directora del MUPE, Ainara Aberasturi. «Hace diez años que contamos con el dinosaurio del Níger en Elche y no habíamos identificado este hueso. Tiene más de un metro de longitud y hemos estado trabajando durante un mes y medio para interpretarlo correctamente. Ahora podremos saber mucho mejor cómo era la morfología de este dinosaurio», añade la paleontóloga.

Identificar una interclavícula supone un paso clave, ya que estos huesos son escasos dentro del registro fósil de los dinosaurios saurópodos, como el del MUPE, y, todavía más, asociados a su esqueleto. Se consideran de enorme interés para explicar la anatomía de estos gigantes.

El nuevo hallazgo contribuye a completar el ejemplar que alberga el MUPE y a avalar la excepcionalidad del mismo. Además, con la digitalización de la interclavícula que permitirá, por primera vez, reconstruir con fidelidad la cintura escapular (el equivalente a los hombros humanos), y el conjunto de las costillas existentes, se podrá dar forma a la caja torácica del dinosaurio del Níger. El descubrimiento permitirá resolver algunas cuestiones, como saber cuál era la masa corporal del Spinophorosaurus nigerensis o conocer la cantidad de comida que necesitaba para mantener su peso.

Lo que sí se sabía hasta el momento es que el dinosaurio tenía una cola musculosa con movilidad reducida en su parte distal. El nuevo hallazgo permite aportar datos fundamentales para los investigadores del MUPE.