Pesan desde 300 kilos hasta una tonelada y tienen nombre propio. María Asunción es la campana mayor de la basílica de Santa María y su hermana es Dijuni (como ayuno). Ambas datan de 1719, aunque fueron refundidas de épocas anteriores. Junto a ellas se encuentran María Bárbara, de 1984, y la más antigua de todas se llama Ave María, del año 1654, de una fecha anterior incluso al propio templo tal y como hoy lo conocemos.

Las protagonistas del campanario acapararon anoche las miradas de ilicitanos y turistas de una forma especial. Volvieron a repicar como antaño, de forma manual, golpeadas como se había hecho tradicionalmente en Elche hasta el año 1958. Con enormes cuerdas y una fuerza brutal, el Gremi de Campaners de la Catedral de València ascendió anoche los cuarenta metros que mide la torre para hacer sonar los cuatro timbres. Se cerraba así el ciclo de Salves a la Patrona de la ciudad y se conmemoraba el 15 aniversario de la apertura del campanario al público. Una efemérides que continuará contando con actividades culturales hasta marzo del próximo año.

Desde el siglo pasado, las campanas del templo del Misteri doblan de forma automática. Todo está programado para que cada día volteen una media de doce veces diarias en el momento exacto. Media hora antes de cada misa comienzan a sonar, hacen lo mismo a los quince minutos y lo vuelven a repetir cuando comienza la eucaristía. Después, cuando hay un entierro o una celebración excepcional también vuelven a repicar.

«Antiguamente marcaban el día a día de la ciudad. Anunciaban las alegrías y las penas y cuando Elche estaba amurallada sonaban las campanas para avisar de que las puertas se iban a cerrar», señala José David García, coordinador de la torre campanario de la basílica de Santa María.

Y es que, el punto más alto del templo ilicitano no solo es popular por ser el escenario donde cada Nit de l'Albà se lanza la Palmera de la Virgen, también lo es por la historia y el simbolismo que tienen sus campanas. «Hasta el siglo XV y XVI quien no sabía el santo y seña no sabía nada. El volteo de las campanas tenía un significado, funcionaba como una clave para entrar o salir a la ciudad amurallada», apunta el coordinador de la torre.

Después, el repique de las campanas pasó a tener otros menesteres. La campana María Bárbara se volteaba en caso de tormentas, para conjurar el riesgo de pedriscos, tal y como señala, Joan Castaño el archivero de la basílica de Santa María. La Dijuni entraba en acción para hacer el toque especial cuando empezaba la Cuaresma, época tradicionalmente asociada al ayuno.

Con estas leyendas a sus espaldas, el Gremi de Campaners de la Catedral de València volvían a hacer retumbar la basílica con su destreza. «Sin duda, tiene más encanto que las campanas volteen de forma manual que automática, pero la figura del campanario desapareció en Elche en el año 1958», explica José David García.

Así, de forma excepcional y de la manera que durante siglos se había hecho en la ciudad, las manos tomaron anoche las riendas y doblegaron a las máquinas.

Desde lo alto de la basílica y tras ascender por un angosto pasillo de escaleras de caracol, los campaneros se pusieron manos a la obra. Ocho toques diferentes eran los que estaban previstos que sonaran anoche. Entre ellos, el «toc de clamoreig», el que suena habitualmente en la Catedral de València cuando hay una muerte. También destacaron los vuelos de campanas, la «Dominica Morada», el «toc d'Àngelus» o el «Cor de Primera Classe». Todo un espectáculo para los oídos.

Elche asistía a una cita que, por primera vez, en el año 2003 se estrenaba en Santa María. Y es que hace catorce años, con motivo de la restauración de las campanas, ya hubo una exhibición de estas características para poner en valor una parte indiscutible del inmueble religioso.

Por aquellas fechas, se cambiaron los yugos de los timbres que eran de metal y se sustituyeron por otros de madera, tal y como indica el coordinador de la torre del campanario. Esa actuación permitió que las campanas pudieran voltear no solo de forma automática, sino, también manual para actos muy señalados.