Comer ayer en alguno de los restaurantes del centro histórico de Elche era poco menos que una misión imposible. La mayoría de los establecimientos permanecían cerrados a cal y canto, con letreros que anunciaban que no volverían a abrir, por vacaciones, hasta el próximo 1 de septiembre, en muchos casos, o incluso el 8 de septiembre, en otros locales. Concluidas las fiestas patronales, Elche, tanto su centro como la mayor parte de sus barrios, se ha transformado en una ciudad en la que predominan los carteles que rezan el «cerrado por vacaciones».

La imagen que presenta la ciudad estos días es de desolación, con casi todas las persianas bajadas. Muchos ilicitanos disfrutan en estos momentos de sus semanas de descanso y han apostado por abandonar Elche para buscar, principalmente, otros destinos de sol y playa. En cambio, son numerosos los turistas que siguen acercándose durante estos días a la ciudad. Con los restaurantes y pequeños comercios cerrados en su mayoría, no se llevarán el mejor recuerdo de su estancia. Por mucho empeño que pone el Ayuntamiento en revertir esta tendencia, la situación se repite año tras años.

Más desoladora aún que en el centro es la situación que se vive en algunos barrios, en los que es realmente imposible tomar algo. Eso sí, una de las ventajas que se encuentran los ilicitanos que ya han disfrutado de sus vacaciones, o que las tendrán en septiembre, y que trabajan en la parte histórica de la ciudad, es la del aparcamiento. Una ardua tarea durante el resto del año se resuelve ahora con gran sencillez. Sin ir más lejos, el parking de Candalix, uno de los más concurridos, tenía en la mañana de ayer más del 70% de sus plazas disponibles. También cabe recordar que, durante todo agosto, es gratis aparcar en zona azul.

Que Elche se convierta en una ciudad sin alma, es algo que no extraña a sus vecinos, acostumbrados cada año a vivir una situación similar. Muchos ciudadanos aprovechan para viajar, momento que también utilizan los responsables de los comercios y bares para tomarse un merecido descanso después de meses de trabajo. También surgen voces discordantes, que opinan que se le podría sacar un rendimiento mucho mayor al turismo.

Para combatir el abandono que vive Elche, el Ayuntamiento puso en marcha a principios de mes dos campañas comerciales y culturales: «Obert per vacances» y «Xe que Agûst al carrer». El folleto del programa incluía hasta 172 comercios, hoteles y tiendas que están abiertos.