Buscaban un espectáculo «muy ilicitano, de los que gustan en esta tierra» y, a buen seguro, que lo consiguieron. Sólo hubo que ver la reacción de un público que se vio muy sorprendido con la potencia del terremoto final. La Pirotecnia Ferrández, de Redován, puso ayer el broche de oro al ciclo de mascletàs de las fiestas de este año. Lo hizo con un espectáculo que no formó parte del concurso final, en su condición de ganadora de la edición de 2016. Aunque no compitiera en el concurso, fue una de las que más gustó, junto a la del sábado, la ganadora de este año de la Pirotecnia La Alpujarreña.

Prueba de ello fue la gran ovación que se llevaron los miembros de la Pirotecnia Ferrández, con Fernando Ferrández al frente. Dieron un par de vueltas para saludar al público, chocando sus manos con unos espectadores que todavía estaban digiriendo el impacto final de la mascletà. El alcalde, Carlos González, también quiso acercarse a saludar a los pirotécnicos y a felicitarles por su buen hacer. A continuación, la mayoría de los espectadores se dirigieron al Racó Gastrónomic para seguir saboreando los últimos momentos de las fiestas, mientras comentaban las impresiones que les había dejado el espectáculo.

105 kilos de pólvora fueron los responsables de que durante cerca de siete minutos las inmediaciones del Palacio de Altamira retumbaran por todo lo alto. La última mascletà de las fiestas contó con una entrada pirodigital con efectos variados de pitos, truenos, roncadores, sirenas y carcasas. Tras esta primera parte aérea, llegó el tramo terrestre, más potente, en el que se produjeron hasta cinco terremotos, sin apenas cambios de ritmo, el último de gran estruendo.

Todavía emocionado por la enorme ovación del público que acababan de recibir, el pirotécnico Ferrando Ferrández ofreció su visión de la mascletà: «No teníamos la presión por participar en el concurso pero sí que llevábamos la presión que nos habíamos impuesto nosotros mismos. Un 15 de agosto en Elche hay que hacer las cosas muy bien. Nosotros llevamos 25 años viniendo aquí y no podíamos fallar, porque nos conoce todo el mundo. Nos habíamos puesto un listón alto y, afortunadamente, lo hemos superado. La Virgen y esta gente se lo merecen todo y nosotros hemos buscado sorprenderles a base de potencia».

La Reina de las Fiestas, Laura Pomares, y sus Damas fueron las encargadas de prender la mecha de la mascletà. Hasta tres veces le preguntaron al público si tenía ganas de ruido. La Pirotecnia Ferrández fue la encargada de cerrar así el ciclo de este año, que ha sido muy bien valorado por unos espectadores que se han dado cita todos los días en el Palacio de Altamira.