Impresionante, maravillosa, espectacular, increíble, fortísima. Esto son solo algunos de los adjetivos que la gente alcanzó a decir tras reponerse de la potente mascletà que Pirotecnia Alpujarreña preparó para su participación en el noveno concurso de mascletàs de Elche. Los ocho integrantes de esta pirotecnia prepararon ayer en el Palacio de Altamira un espectáculo que hizo temblar los cimientos del centro de Elche y que apasionó al público asistente. Los organizadores ya advirtieron durante el montaje de los casi 100 kilogramos de pólvora usados que su intención era que atronara a ambos extremos del público, desde el principio y con un atronador terremoto. Y lo consiguieron.

El encendido de la mecha lo realizó el Régulo de Hélike, Francisco Galvañ, en una jornada muy especial para Pobladores, que conmemoraba el fallecimiento hace un año de uno de sus impulsores, Manuel Vicente Segarra.

El encendido de Galvañ supuso el despertar de un dragón que dejó atónito al público ilicitano prácticamente desde los primeros momentos. Un espectáculo aéreo dio comienzo a la obra de arte efímera compuesta por los pirotécnicos. Los aéreos dieron paso a una bombada en el suelo que sonó a ambos extremos del recinto pirotécnico para que todos los asistentes a izquierda o a derecha del Palacio de Altamira. Los bombazos no dieron tregua al espectáculo, a medida que avanzaban los minutos, las caras de los asistentes empezaban a mostrarse atónitas y más de uno sucumbió para taparse los oídos hacia la mitad del acto. La intensidad de la mascletà fue continua pero, como es inevitable, se acrecentó a medida que se acercaba el momento final. El terremoto terrestre, situado en el centro del recinto festero fue el apoteosis del sonido. Con unas cinco retenciones a lo largo del espectáculo, llegó el momento de poner todo el resto de pólvora para dar un final redondo a un acto apabullante. Los segundos finales fueron acompañados también con dos digitales y un homenaje al ruido que hizo retumbar a la ciudad y que los asistentes explotaran en aplausos y ovaciones. El final, una bombada seca, intensa y contundente ponía punto y final a una mascletà digna de recordar.

El público y las autoridades han ovacionado con gran entusiasmo a los artífices de esta obra de arte efímero que ha hecho temblar los cimientos durante unos minutos. Los asistentes, al final del acto pudieron de relieve la potencia de esta segunda mascletà de concurso en las fiestas de agosto, que ha puesto el listón muy alto a las demás participantes. Pirotecnia Alpujarreña buscaba llegar a todo el público en Elche y lo han conseguido con creces. Hoy le toca el turno a la Pirotecnia Turis.