La Prova de l'Angel se celebra tradicionalmente el 10 de agosto a las 18 horas y se puede decir que ya es un Misteri de y para los niños, aunque ayer se prolongó nada menos que hora y media, lo que cansó a más de un pequeño. Es el día en que los abuelos o los padres acompañan a sus nietos e hijos para que tengan su primer contacto con La Festa como público. Pero sobre todo es la tarde en que varios escolanos demuestran que pueden controlar el vértigo y cantar a unos 25 metros de altura desde los distintos aparatos: Magrana, Araceli o Coronación.

Algunos saldrán en distintos papeles principales en las representaciones que se inician a partir de mañana. Otros, deben empezar a acostumbrarse porque lo harán en próximas ediciones.

El templo de Santa María, como viene ocurriendo en los últimos años, estaba prácticamente completo ayer por la tarde, donde había gran expectación. De hecho, son muchos momentos de las representaciones los que, con indumentaria de calle o ensayo informal, se reproducen en esta Prova de l'Angel, por lo que muchos ilicitanos y turistas no quieren perderse este avance del Misteri.

Mientras los pequeños se turnaban en el Cadafal y en lo alto, sobre el Cielo, entrando y saliendo de la Magrana y del Araceli, lo que lleva su tiempo por motivos de seguridad, y para que no se generen largas pausas, aunque la de ayer se alargó más de la cuenta, de cara al público se aprovecha para que la Capella entone algunos momentos significativos del Misteri. Llegó al punto que incluso los cantores se negaron a entonar más salves durante ese tiempo de espera en la alternancia de los niños en los aparatos.

En cualquier caso, el público (hubo bebés de hasta dos meses) salió muy satisfecho y los pequeños salieron contentos independientemente de que entonaran o subieran el volumen de su voz mejor o peor.