El tercer día de las fiestas fue protagonizado por unos festeros especiales, los niños. Tanto los Moros y Cristianos como la Gestora de Festejos Populares quieren transmitir el legado de los días grandes a los pequeños, motivo por el que organizaron tanto el desfile de los Moros y Cristianos como la fiesta de la Gestora, en el Paseo de la Estación, para situar a los niños en el centro de la atención de los miles de ilicitanos y visitantes que están disfrutando de las jornadas festivas. Un millar de niños tomaron partido en estas actividades.

El desfile infantil pasó por lugares como la Plaça de Baix y la calle Corredora, para desembocar en la plaza del Congreso Eucarístico, en la que los niños fueron recompensados con una tarrina de helado para ayudar a combatir las altas temperaturas. La Asociación de Moros y Cristianos siempre reserva un día en las fiestas para que sea protagonizado por los niños, consciente de que son el futuro de la fiesta.

Antes del desfile tuvo lugar el acto organizado por la Gestora, que ofreció ocho castillos hinchables para el disfrute de los más pequeños y culminó con una fiesta de espuma. Abierto para todos los que quisieran participar, el acto contó con la presencia de más de 600 niños.

«Cada año tenemos más en cuenta a los pequeños porque son días para que disfrute toda la familia. Muchos asocian estas fechas a los racós, las mascletàs y los desfiles y no tienen en cuenta a los niños. Consideramos que son el legado de las fiestas y por eso preparamos estas tomas de contacto», aseguró el presidente de la Gestora, Fernando Jaén.