El Ayuntamiento de Elche expedientará a una ganadería de cabras, ovejas y corderos ubicada en la partida de Altabix, junto al acceso a la autovía en la Ronda Norte, al carecer de licencia para el desarrollo de su actividad, tras varias quejas de los residentes de la zona. Según confirmó a este diario el edil de Aperturas, Carlos Sánchez, el establecimiento ganadero no posee licencia de actividad ni la ha solicitado, por lo que se abrirá un expediente tras el cual la mercantil dispondrá de un plazo de subsanación de errores para legalizar su situación. Las quejas vienen desde muy atrás, pues ya en 2003 las denuncias vecinales se saldaron con la apertura de un expediente por el cual se le denegó la licencia, pese a que se ha continuado con la actividad desde entonces.

Lo que llama la atención, por tanto, es que haya permanecido tanto tiempo abierta sin que las administraciones hayan tomado cartas en el asunto. El expediente municipal contra esta ganadería recoge varias denuncias vecinales por cuestiones sanitarias. En el expediente municipal consta otra queja, esta vez de 2009, cuando apareció un montón de estiércol «que era más alto que la valla del chalé», cuenta una vecina. En esta ocasión también se abrió el trámite de audiencia previo a la clausura para que subsanase las deficiencias antes del cierre, sin que conste en el expediente cómo se resolvió el asunto.

En esta ocasión, la apertura del expediente por carecer de licencia está a la espera de un informe encargado a la Policía Local a raíz de las quejas presentadas por registro al Ayuntamiento, con el fin de determinar si, además de la carencia de licencia, existen otras irregularidades en la gestión de la ganadería. Este informe trata de esclarecer irregularidades tanto en materia sanitaria como en la explotación de terrenos y otros aspectos relacionados con la actividad de la empresa.

Pese a que las primeras quejas datan del año 2003, los vecinos de la zona aseguran que «lleva más de 40 años abierta, pero antes la gente no se quejaba. Nosotros llevamos mucho tiempo tratando de arreglar esta situación por las buenas, pero no hay manera», lamenta una vecina, que reside pared con pared con esta finca agrícola. «Ahora tengo una niña pequeña, y esto está siempre lleno de moscas y pulgas», con los riesgos que ello supone, añade. Por su parte, el propietario de la ganadería rehusó responder a preguntas de este diario.

Larvas

Otra de las denuncias presentadas por los vecinos al Ayuntamiento data desde el año 2009, cuando informaron a las autoridades municipales de la aparición de larvas derivadas de la descomposición de cadáveres de animales muertos, si bien en este caso, tras la inspección realizada, no se encontraron restos. Sin embargo, los vecinos aportan diferentes fotografías en las que se observa a un perro, dentro de la finca, comiendo esos restos de cabras y ovejas muertas. Un hecho que «desprende un olor putrefacto, y que ahora en verano, con el calor, es mucho más intenso y hacer que no se pueda estar, ni en casa ni fuera. Lo mismo ocurre con la cantidad de frutas y alimentos acumulados para los animales. «Echa un olor horrible, y ya no podemos más», apuntan los residentes. Se trata de una zona donde proliferan los chalés y en las que «no se puede estar al aire libre o en la piscina por esos olores, por lo que queremos que, o se ajuste a la legalidad y lo mantenga en condiciones, o que cierre, que es lo que marca la ley», concluyen.