El mundo de la guitarra no se libra del eterno debate entre lo digital y lo analógico. Prueba de ello es la aplicación Blackbinder, desarrollada por un grupo de informáticos y músicos navarros y protagonista de uno de los cursos destacados que ofrece el Festival de Guitarra Ciudad d'Elx, certamen que finaliza mañana y que se está desarrollando con una gran acogida por parte del público. Los alumnos del festival recibieron ayer una clase por parte del guitarrista Eduardo Baranzano para conocer los secretos de esta app que ofrece las partituras en la pantalla de la tableta y que evita que los músicos tengan que estar pasando folios durante sus conciertos.
Blackbinder muestra las partituras y sus desarrolladores no paran de trabajar en sus mejoras. Una de las últimas permite que la aplicación no siga la música con un tiempo automático. «Ahora escucha al músico primero y mantiene su ritmo», explicó ayer Baranzano ante los alumnos en el Aula Magna del CEU, unos estudiantes de guitarra que siguieron embelesados las explicaciones del uruguayo y que no dejaron de preguntar sobre las posibilidades que les abre esta nueva herramienta.
Otra de las ventajas que ofrece Blackbinder es que permite archivar, clasificar y transportar de una manera más rápida y eficaz las miles de partituras que los guitarristas van acumulando durante su trayectoria artística. «Se han llegado a interpretar conciertos enteros con obras de Mozart sin utilizar ningún papel. El paso de las páginas merma la concentración de los músicos e, incluso, puede llegar a ser molesto hasta para los propios espectadores», confesaba ayer Baranzano a los alumnos del festival durante la clase que les dio en el CEU.
Otro hombre acostumbrado a enseñar es Manuel Gómez, presidente de la Asociación de Guitarristas Música Abierta y director del Ciutat d'Elx. «Esta aplicación ha supuesto una revolución a la hora de enseñar y para nosotros se ha convertido en una herramienta fundamental. Antes había que estar pasando páginas durante las clases o utilizando un pedal. Ahora es mucho mejor», explicó.
Todavía es pronto para saber si llegará el momento en el que los músicos sustituirán sus partituras de papel por las tabletas. «Lo que es cierto es que los conciertos de hoy en día son igual que los que se hacían hace 200 años. Nada ha cambiado en este sentido y ha llegado el momento de pasar página», concluyó Baranzano.
