Una historia cotidiana, en la que un hijo llama a su madre mientras pasa las vacaciones con su exmarido y que, de repente, da un giro angustioso, sirvió de inspiración para que Rodrigo Sorogoyen grabara el cortometraje Madre, una cinta que ha sido reconocida con el Premio Fundación Caja Mediterráneo que otorga el Festival de Cine de Elche. El galardón supone un paso más en la prometedora carrera del realizador madrileño, que se dio a conocer entre el gran público con el filme Stockholm (2013) y que el pasado año firmó una de las obras que más elogios acaparó entre el público y la crítica: Que Dios nos perdone.
Sorogoyen se inició en el mundo de la realización a través de las series de televisión. Con Stockholm dio el paso al cine y, después de sus buenos resultados, ha querido experimentar con un corto como Madre. Su última obra está teniendo un gran recorrido dentro del circuito nacional, ya que, al margen de haber conseguido la máxima distinción en Elche, también fue premiada en la Semana del Cortometraje de Madrid.
¿Cómo ha recibido el premio del Festival de Cine de Elche?
Como una gran alegría. El corto estaba funcionando bien y esto ratifica que no nos hemos equivocado. Que el público y la crítica valoren tu trabajo siempre es algo muy importante. No esperaba ganar en Elche, al menos no me presenté con esa intención. Decidí participar en el festival porque lo vi una opción interesante. Buscaba que Madre tuviera más visibilidad y pudiera llegar a un público mayor.
La aportación económica de los premios también ayuda...
Claro, ayuda a recuperar una parte de la inversión que se ha hecho para grabar el corto. Los festivales son fundamentales en España porque es la forma más directa de dar a conocer nuestro trabajo a la industria.
¿Qué puede contar de Madre
Madre tiene varias capas. Es un thriller que surge de una situación cotidiana. La historia está contada a tiempo real desde la visión de dos mujeres. He querido indagar en las relaciones materno-filiales, ver cómo se comportan las madres con los hijos, y al revés. Eso es lo que me movió a la hora de escribir el guión. Todo contado en clave de thriller mediante un niño que se ha perdido y provoca las reacciones de su madre y su abuela.
Al margen de haber ganado en Elche, Madre
Simplemente quería hacer un corto, contar una historia de la mejor forma. Cuando lo estaba grabando no pensaba nunca en los posibles premios que podíamos ganar, no gasté energías en eso. Una vez que terminamos la grabación, nos gustó mucho el resultado final y pensábamos que podía funcionar. No nos podemos quejar con los premios que estamos recibiendo. En los festivales compite cada vez gente con más talento y a nosotros nos gusta formar parte de ese grupo.
¿Lo más importante en un corto es manejar el tiempo?
La presión del tiempo siempre está ahí. Algunas historias nacen para ser cortas y otras más largas. Hay largometrajes que hubieran sido un gran corto. Depende de la historia, pero también hay cosas que no se pueden contar en un corto y hay gente que se empeña en hacerlo. Un largo es mil veces más difícil de escribir y rodar que un corto porque hay muchos más aspectos en los que te puedes equivocar.
¿Por qué decidió presentar su corto en el Festival de Elche?
Nunca he sido un gran entendido del mundo de los cortometrajes por las circunstancias de mi carrera y ahora estoy descubriendo el circuito. Sé que el Festival de Elche es de los más importantes en España. Prueba de ello es que tiene 40 años y cuenta con una gran tradición. Yo empecé con un largometraje pero aprovecho todas las oportunidades que surgen en mi camino.
¿Qué proyecto tiene entre manos en estos momentos?
Ahora estoy rodando otro largo que se llama El reino, sobre corrupción política. Está inspirado en millones de historias aunque ninguna es un caso real. Lo cierto es que no hemos tenido que buscar mucho para encontrar en qué basarnos.
