Dos enfermeros del Hospital del Vinalopó, Luis Berenguer y Anna Vicente, que se encontraban fuera de servicio y que en ese momento se disponían a recoger su cena en el centro comercial de L'Aljub, acabaron salvando la vida a un hombre de 67 años que, en torno a las 22.15 horas del pasado sábado, sufrió un infarto.

La casualidad de que ellos pasaran por allí en ese momento y que el complejo comercial dispusiera de un desfibrilador hizo que el varón pudiera ser recuperado y, posteriormente, trasladado por un SAMU. Actualmente, según informaron ayer fuentes del Hospital del Vinalopó, el paciente permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos, con pronóstico reservado.

«Estábamos subiendo las escaleras mecánicas y, rodeado de mucha gente, vimos a un hombre en posición lateral. Lo pusimos bocarriba y vimos que no estaba respirando, por lo que iniciamos el masaje cardíaco», relata Luis, quien resalta el hecho de que de inmediato el centro comercial hiciera llegar el desfibrilador portátil. Precisamente, L'Aljub está considerado el primer centro comercial de la Comunidad Valenciana en instalar este tipo de dispositivos. De hecho, según fuentes de este centro, se instaló en el verano de 2007 y ésta ha sido la única vez que se ha utilizado.

Tras una valoración del nivel de conciencia y de la respiración, que no excedió de los diez segundos, y, tras no obtener respuesta, se inició una reanimación cardiopulmonar, con una secuencia de 30 compresiones y dos ventilaciones para apoyar la circulación del corazón que, debido a la parada, no podía realizar por sí mismo.

Con una única descarga y con el masaje cardiopulmonar durante varios minutos de los enfermeros, el paciente consiguió por fin salir adelante y, tras ser estabilizado, fue trasladado al centro hospitalario.

«El hombre tuvo suerte de que nos encontráramos ahí, ya que tras una parada cardíaca el tiempo cuenta: cada minuto que pasa se reduce un 10% la posibilidad de restablecer el corazón y sin secuelas», explica el enfermero.

Las ambulancias SAMU y de Soporte Vital Básico no tardaron en responder al aviso, todo ello en medio de una gran preocupación de los presentes, sobre todo de la mujer del infartado, que en ese momento crítico se encontraba con él. De hecho, Luis Berenguer y Anna Vicente coinciden en la importancia de que en espacios donde habitualmente hay una gran acumulación de personas haya dispositivos de este tipo. Al mismo tiempo, recuerdan que con el masaje cardíaco se consigue que llegue el oxígeno a los principales órganos vitales a la espera del desfibrilador, que tratará de recuperar el ritmo normal del corazón. Luis y Anna finalmente pudieron recoger su comida, cenaron con el corazón contento por el deber cumplido y con el deseo de que el hombre pueda recuperarse totalmente.