Una limpieza integral más que necesaria para evitar posibles desgracias en forma de inundaciones o incendios, especialmente durante el periodo estival. El departamento de Carreteras de la Diputación de Alicante lleva actuando desde este lunes en el río Vinalopó, a su paso por el puente de la Vereda de Sendres, donde el carrizo y la maleza arrastrada durante las lluvias torrenciales del pasado invierno empezaban a taponar ya los ojos de la infraestructura, con el consiguiente peligro para sus usuarios.

Los trabajos de desbroce en este punto del cauce del Vinalopó, aproximadamente en el kilómetro 10 de la CV-851 en dirección hacia la carretera de La Hoya, llegan tras varios años en los que el carrizo y los matorrales han crecido a sus anchas ante la falta de actuación en la zona. La situación, denunciada por los vecinos de Daimés-Derramador en numerosas ocasiones, podría haber llegado incluso a provocar un salto de agua hacia el puente y sus laterales, en caso de gota fría, de no haberse efectuado estos trabajos de limpieza en el paso natural del agua.

Una retroexcavadora con unos brazos de grandes dimensiones está despejando desde principios de semana el cauce del río, aunque su área de actuación es limitada. Los trabajos, que en principio concluyen hoy, abarcan 100 metros arriba y 100 metros abajo del puente de la Vereda de Sendres, justo el área que afecta directamente a este tramo de la carretera CV-851. Sin embargo, el resto del cauce, que presenta los mismos problemas de limpieza que este punto concreto, seguirá sin desbrozarse por el momento.

Estos trabajos se encuentran enmarcados dentro de la labor de conservación periódica que la Diputación hace de la red viaria provincial. «Nosotros desbrozamos los márgenes de la carretera, pero nada más. La pasada semana actuamos en El Hondo y dentro de estos trabajos se incluye la limpieza de este tramo del río en la entrada de la carretera. Al ser cauce, tenemos que contar con el permiso de la Confederación Hidrográfica del Júcar, y ha habido algunos años que hemos tenido problemas con los permisos y no lo hemos podido hacer», aseguran desde el departamento de Carreteras de la Diputación.

Labor de conservación

Desde la institución provincial se asegura que, «ante una lluvia torrencial, el agua podría haber llegado a saltar sobre el puente por el efecto tapón del carrizo en los ojos de la infraestructura. A menos vegetación, menos problemas», argumentan desde el área de Conservación, desde donde también apuntan al riesgo de posibles incendios a causa de colillas arrojadas desde los vehículos como otro de los motivos del desbroce.