El embargo de la Institución Ferial Alicantina (IFA), y la situación en que deja al recinto, al borde del colapso, va camino de abrir una brecha -otra nueva- entre la Diputación Provincial de Alicante y el Ayuntamiento de Elche. Si el lunes a últimas horas de la tarde era el alcalde, Carlos González, el que cargaba contra la forma de proceder de Suma en este caso, ayer hacían lo propio desde la Diputación, también a últimas horas de la tarde, y, casualidad o no, prácticamente poco después de acabado el comité de dirección convocado de urgencia por IFA. Por boca de su vicepresidente, diputado de Hacienda, y máximo responsable de Suma, Alejandro Morant, la institución provincial no sólo defendía a ultranza el proceso seguido en los últimos días, sino que culpaba al propio Ayuntamiento de Elche -acreedor y cliente del organismo encargado de la recaudación de impuestos- del embargo. Ya no sólo porque, según alegó Morant, Suma cumple con la orden de cobrar tributos encomendada por el Consistorio ilicitano, sino porque no se hizo cargo de forma directa del expediente. Por no hacer nada, dejó caer Morant, el tripartito ilicitano ni siquiera ha aprobado una bonificación en el IBI para IFA en los últimos dos años. La feria se convertía así en una nueva arma arrojadiza entre dos instituciones que no han tenido muy buena sintonía en lo que va de mandato. Ahí está, sin ir más lejos, el cruce de cartas tras la denuncia del alcalde por el déficit de inversiones de la Diputación en Elche.

El detonante en este caso se produjo el lunes por la tarde. Suma, el organismo dependiente de la Diputación, notificaba a primera hora, de forma verbal, que se iba a proceder al embargo por 375.000 euros que adeuda el recinto ferial por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) desde el año 2012. La noticia se expandió pronto como la pólvora, ya no sólo entre los empresarios que integran el órgano directivo de la feria, sino también en el Ayuntamiento y en el Consell. Ante ello, Carlos González salió a última hora para mostrar su defensa férrea del recinto, y, además, para recriminar a Suma las formas con las que se había llevado a cabo este proceso, sin contar con el Ayuntamiento, según denunciaba. Así las cosas, lanzó un ultimátum claro: el organismo debía recular y estimar el recurso de reposición que tendría que presentar la cúpula de IFA. De sus palabras quedaba en evidencia que dejaba la puerta abierta a romper con Suma, aunque no lo decía expresamente. Eso sí, González se curó en todo momento de aludir a la Diputación. En la mañana de ayer, en una comparecencia en el Ayuntamiento, el alcalde poco menos que se ratificó en todo lo dicho el día anterior a este periódico.

Para ese entonces, el malestar y la indignación en Suma y en la Diputación ya eran más que evidentes. No habían gustado en absoluto los términos en los que se había mostrado el regidor ilicitano. Sin embargo, fueron dejando pasar las horas, hasta que, de nuevo, a últimas horas de la tarde, el propio diputado de Hacienda se pronunciaba, a través de un comunicado, en términos no menos tajantes que el alcalde de Elche.

«Suma cumple las órdenes y encomiendas delegadas por el Ayuntamiento de Elche, que en este caso son las de cobrar a cualquier persona física o jurídica del municipio las deudas tributarias en vía ejecutiva que el propio Ayuntamiento notifica a SUMA como impagadas», dijo en primer lugar Morant. A partir de ahí, puso el acento en que el tripartito tenía la facultad de acordar la avocación de la delegación de un expediente, pasando a ser el Consistorio el que resuelva el mismo, una opción que no ha sido adoptada por el Ayuntamiento ilicitano sobre el caso concreto de IFA, aun existiendo esa posibilidad. Responsabilizaba así del problema que se ha generado al acreedor del recinto y, a su vez, cliente de Suma. No fue su único reproche. Afeaba también al equipo de gobierno que no hubiera bonificado el IBI a la institución ferial, cuando la legislación permite deducciones de hasta el 95%.

«Hemos hecho todo lo posible para no llegar a esta situación y desde el día 6 de febrero venimos trabajando con la institución ferial y con el Ayuntamiento para buscar una salida a esta situación, pero siempre que ésta se ajuste a la ley», apostillaba Morant, para añadir, acto seguido, que «Suma Gestión Tributaria siempre trabaja con profesionalidad y amparada en la legalidad más absoluta».

También lanzó algún dardo, aunque más sutil, para IFA. Vino a defender en este sentido que se le dieron hasta 48 meses para abonar su deuda con la condición de que esta estuviera avalada por el Instituto Valenciano de Finanzas o por alguna entidad financiera, «una solución a la que no se ha acogido la institución ferial». No hubo alusión alguna al plan de pago a ocho años que el Ayuntamiento e IFA siguen sosteniendo que se acordó.

Finalmente, atacó al Consell dándole donde más le duele en esta cuestión: «IFA merece un trato en igualdad de condiciones con Feria Valencia, a la que han inyectado 33 millones de euros, frente a un millón de euros que se ha destinado a la institución alicantina», sentenció.

Poco antes de que Morant hiciera públicas sus declaraciones, el comité de dirección de urgencia convocado el lunes por la tarde por IFA había acabado. Una reunión que se prolongó durante unas dos horas, y en la que de forma reiterada los asistentes afirmaban no entender nada. Al final, el acuerdo fue presentar un recurso de reposición y pedir la máxima colaboración de todas las partes implicadas: Diputación, Suma, Ayuntamiento y Consell. En principio, a través de reuniones, e incluso, llegado el caso, por escrito. Hasta se mostraron moderadamente optimistas con que sus pretensiones esta vez si fueran a prosperar, y más después del aldabonazo que les había dado el alcalde.

En cualquier caso, Morant cerraba la puerta a cualquier salida de este tipo, al menos de momento. Sí, defendió que la feria «es una infraestructura básica en el esquema de desarrollo económico de la provincia». Ahora bien, apuntó que Suma agotará todas las opciones posibles, «dentro del marco legislativo que así lo permita, para ayudar a la institución ferial, y que estamos a tiempo de solucionar y negociar sobre el resto de la deuda pendiente». De momento, parece que de reconsiderar el embargo, nada.