La productividad de los trabajadores empleados en la industria del cuero y el calzado sigue asomando como el principal telón de Aquiles de un sector en que las empresas con menos de 50 asalariados generan ya más de un 65% del total de la cifra de negocio. El último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la realidad estructural de las empresas del sector industrial señala a la rama del cuero y el calzado como la segunda menos productiva de la industria manufacturera, solo por detrás de la de confección de prendas de vestir. Los esfuerzos que ya vienen realizando algunas firmas del sector por mejorar el valor añadido de cada persona ocupada en sus empresas aún no se dejan notar en las estadísticas, toda vez que lejos de aumentar su productividad en el último año analizado, el 2015, esta cayó un 1,6% respecto al año 2014.
La productividad dentro de la rama del cuero y el calzado se sitúa en 28.848 euros por trabajador, muy lejos de los 57.621 euros de media que registra el conjunto de la industria manufacturera. Sólo la actividad relativa a la confección de prendas de vestir, con un valor añadido por persona ocupada de 27.980 euros, presenta peores guarismos que la industria del calzado en este apartado estadístico. El sector de la fabricación de muebles, con 29.256 euros, completa el podio de las ramas menos productivas del sector industrial en el conjunto del Estado.
Desde la patronal del calzado no se oculta este problema estructural que presentan numerosas empresas del sector, aunque apuntan a que la comparativa real debería hacerse con las estadísticas que presenta este mismo sector en países como Italia o Portugal. Así, el presidente de la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE), José Monzonís, considera que este dato reflejado en la última publicación del INE «no es significativo porque al final hay que valorar entre sectores y empresas de iguales características, que se dedican al mismo tipo de negocio». «Para valorar la productividad hay que hacerlo entre mismos sectores de países distintos», añade.
Sin embargo, Monzonís no da la espalda a la realidad estructural que presentan numerosas firmas del sector. «Si solo se valora la productividad por empleado depende de lo intensiva que sea la mano de obra de cada sector», recalca el presidente de FICE, aunque «otra cosa es que el calzado, como otros sectores manufactureros, tiene que seguir haciendo esfuerzos, que lo hemos hablado muchas veces, para seguir incrementando sus índices de productividad».
Monzonís insiste en que «la intensidad de la mano de obra es completamente distinta» según la rama manufacturera a estudiar, lo que impide «sacar conclusiones comparativas entre distintos sectores». Pese a todo, el presidente nacional de la patronal del calzado tiene claro que «tenemos que seguir incrementando la productividad de nuestras empresas y la posición competitiva de nuestros productos en el mercado, porque es lo que nos puede permitir en el futuro seguir incrementando los salarios de los trabajadores».
Nuevas metodologías
Para Monzonís, lo realmente importante, más allá de las frías estadísticas, es «ir modificando los sistemas organizativos e introduciendo nuevas metodologías de producción que sean capaces de, a través de mejoras continuas, ir incrementando progresivamente la productividad del sector». Desde la Federación de Industrias del Calzado Español se viene insistiendo desde hace dos años en esta cuestión y, según su presidente, «ya encontramos buenos ejemplos en la provincia y en concreto en la ciudad de Elche, sobre todo en el Parque Empresarial».
En este contexto, la última estadística estructural de empresas del INE también refleja un descenso del 5% en las ventas de calzado fuera de España, lo que representa la segunda mayor caída entre el sector industrial, solo superada por la industria del tabaco, que perdió un 10% de su volumen de negocio en el extranjero.
