Las consecuencias de la importante pérdida de población extranjera experimentada en los últimos siete años alcanza a importantes sectores como el social y el económico, aunque Antonio Miguel Nogués se detiene en los efectos negativos que genera a nivel cultural. «Supone un empobrecimiento y un retroceso. La pluralidad cultural enriquece y es un valor que las distintas comunidades deberían aprender a aprovechar», razona el profesor de Antropología Social de la UMH.

Convencido de que las actuales estructuras de sociedades homogéneas estan «condenadas a desaparecer», Nogués también pone el acento en la pérdida de capital social que trasluce al descenso del número de inmigrantes residentes en la ciudad. «Que mi vecino sea extranjero puede reportarme una conexión, en función de su posicionamiento en la estructura social, para por ejemplo poder exportar a países como Marruecos o Inglaterra», razona el docente de la UMH.